El consumo de verdura todos los días puede acarrear una serie de consecuencias para la salud. ¿Quieres saber cuáles son?
La verdura es uno de esos alimentos que se tienden a eludir a toda costa, ya sea porque producen gases o porque, en muchos casos, su textura gelatinosa no las convierte en un plato demasiado apetecible.
Sin embargo, su consumo en verano es bastante socorrido por su importante aporte de agua. Pero eso no es todo. A continuación te contamos los beneficios de consumir verduras a diario, como ya hicimos con las frutas.
En primer lugar, las verduras aseguran el correcto funcionamiento del metabolismo. Contienen vitamina C, que en la mayoría de casos ayuda a la prevención de enfermedades coronarias y fortalece las defensas.
Además, ingerir verduras todos los días también previene el estreñimiento por su elevada dosis de fibra y permiten mantener a raya el colesterol en caso de que presente cifras muy elevadas.
Previenen muchos tipos de cáncer. El brócoli, por ejemplo, tiene componentes anticancerígenos como el magnesio y el tomate y la calabaza son beneficiosos para el aparato excretor, por lo que previenen el cáncer de próstata. Además, también previenne dolencias como la anemia por su alto contenido en hierro y ácido fólico que facilita el transcurso de la sangre.
Las verduras también fortalecen los huesos. Las espinacas, por ejemplo, contienen calcio y vitamina K que tiene repercusiones directas y positivas sobre el sistema óseo. Asimismo, los espárragos o las zanahorias, mejoran la salud ocular de los que los consumen por sus dosis de vitamina A y C.
Aunque parezca difícil de creer, la ingesta de verduras aumentará nuestra sensación de felicidad, pues favorecen un estado emocional positivo y estimulan la serotonina.
Los deportistas
Como no podía ser de otra manera, las verduras también tienen ventajas directas sobre los amantes del ejercicio físico. El primero de ellos es la hidratación, que con su gran aporte de agua está más que asegurado. Asimismo, al igual que las frutas, las verduras presentan una importante dosis de antioxidantes que permiten a los músculos trabajar sin bajar la intensidad.
Son bajas en contenido graso, lo que permite desarrollar la actividad física correctamente. Finalmente, también contienen magnesio, un componente que suele perderse al realizar ejercicio físico y que ayuda a prevenir los calambres o las lesiones musculares.