Para conseguir un bronceado veraniego es necesario exponerse al sol. Esto siempre conlleva riesgos que es necesario tener en cuenta y conocer
Con la llegada del verano, cuidar adecuadamente nuestra piel se convierte en una tarea primordial. Sigue nuestros consejos para disfrutar de la playa o la piscina mientras tomas las medidas necesarias para protegerte de los dañinos rayos solares.
El sol es esencial para la vida, proporcionándonos vitamina D, mejorando nuestra presión sanguínea, fortaleciendo el sistema inmunológico y favoreciendo nuestro ánimo y respiración. Sin embargo, la exposición excesiva o sin protección puede acarrear problemas graves, como envejecimiento prematuro, cataratas y cáncer de piel.
Disfrutar del sol durante el verano es una actividad que muchos anhelamos, siempre y cuando lo hagamos con responsabilidad y tomando precauciones para evitar dañar nuestra piel a largo plazo.
La piel tiene memoria y acumula los daños causados por el sol a lo largo de la vida. Es crucial protegerla desde la infancia para reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de piel en el futuro.
Alarmantemente, uno de cada tres cánceres diagnosticados es de piel, siendo el melanoma uno de los más agresivos, vinculado en ocasiones a exposiciones solares intensas o excesivas en la infancia. En esta temporada del año, en la que aumentamos nuestra exposición solar, es esencial adoptar medidas preventivas para cuidar nuestra salud cutánea y reducir los riesgos de enfermedades relacionadas con el sol.
La prevención es clave para evitar complicaciones. Es vital tener en cuenta ciertos factores que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar cáncer de piel, como una alta exposición solar, trabajos al aire libre o tener piel clara y propensa a quemaduras.
Para prevenir problemas, es fundamental seguir algunas pautas:
Además de las medidas mencionadas anteriormente, es importante tener en cuenta otras precauciones específicas para disfrutar de manera segura en la playa o la piscina: limitar la exposición solar entre las 12 y las 16 horas, proteger el cuerpo con fotoprotector, gafas de sol y ropa adecuada,mantenerse hidratado o consumir frutas y verduras. Tambien es muy recomendable utilizar sombrillas con alta protección UV y aplicar lociones o cremas «after sun» para hidratar la piel después de tomar el sol. Seguir estas precauciones ayuda a proteger nuestra salud mientras disfrutamos de actividades al aire libre.
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos nocivos del sol. Menores de 6 meses deben mantenerse alejados del sol, y los mayores deben usar protectores solares específicos, ropa protectora y limitar su tiempo de exposición.
En caso de quemadura solar leve, aplicar crema hidratante y gel calmante ayudará a aliviar las molestias y favorecer la recuperación de la piel. Ante quemaduras más graves con ampollas, es imprescindible acudir al dermatólogo para recibir el tratamiento adecuado.
Finalmente, factores como el fototipo de piel, antecedentes familiares, profesiones al aire libre y la presencia de muchos lunares pueden aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Cuidar nuestra piel adecuadamente y tomar precauciones en la exposición solar nos permitirá disfrutar del verano de manera segura, reduciendo los riesgos de enfermedades cutáneas y preservando nuestra salud a largo plazo.
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