Los ultraprocesados son perjudiciales para nuestra salud física y mental, así lo advierten científicos españoles. ¿Qué consecuencias tienen?
Los ultraprocesados son esos productos altos en azúcares, grasas saturadas y aditivos, que tan apetecibles y tentadores nos resultan, pero que tan pocos nutrientes contienen. Aumentan el colesterol, el riesgo de contraer enfermedades cancerígenas y la presión arterial. Y por si eso fuera poco, ahora los científicos han confirmado que también afectan negativamente a nuestra salud mental.
Si últimamente te sientes más decaído, triste o incluso con ansiedad, puede que no sea el calor del verano o el estrés diario, quizás estás consumiendo demasiados ultraprocesados. La denominada «comida basura» contiene muchas calorías y muy pocos nutrientes y vitaminas, lo que puede ocasionarnos enfermedades físicas y mentales.
El Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (IDIBGI) han demostrado en su último estudio que el consumo de comida ultraprocesada «aumenta los síntomas depresivos y reduce el volumen de sustancia gris en zonas del cerebro implicadas en la toma de decisiones«.
Los ultraprocesados aumentan los síntomas de depresión
Dicen los expertos en investigación biomédica del CIBER, que los ultraprocesados tienen una densidad de nutriente más baja y una concentración energética mucho más alta que los alimentos no procesados. Además, este tipo de productos «suelen contener aditivos para intensificar sus cualidades sensoriales e imitar la apariencia de los alimentos mínimamente procesados, lo que los hace comestibles, sabrosos, altamente atractivos y potencialmente adictivos«, asegura el CIBER.
El consumo habitual de este tipo de productos no solo está relacionado con síntomas de depresión, también con síntomas de ansiedad. En EE.UU el 70% de los alimentos envasados se clasifican como ultraprocesados. A través de un estudio de la Universidad Atlántica de Florida a más de 13.000 personas, se reveló que los consumidores habituales de este tipo de alimentos «tenían más días con síntomas de ansiedad, tristeza, decaimiento y depresión leve«.
Comer habitualmente ultraprocesados perjudica a nuestra microbiota intestinal y una microbiota desequilibrada permite el paso de sustancias dañinas a la sangre, que contribuyen a aumentar una inflamación de bajo grado. Una inflamación sostenida en el tiempo tiene consecuencias muy negativas para nuestra salud. La depresión es una enfermerdad con base inflamatoria, y una de sus vías es la microbiota, aunque existen muchas otras.
Cómo saber si un producto es ultraprocesado
El problema de los ultraprocesados es que son baratos y rápidos de consumir o preparar. La mayoría son fácilmente identificables: bollería, carnes procesadas, snack, bebidas azucaradas, galletas, cereales refinados, helados, pizzas, etc. Pero hay una amplia mayoría que nos cuentas más de reconocer porque adoptan una forma que aparentemente parece mucho más «sana», generalmente suelen ir acompañados de su nombre más el anglicismo light.
Para evitarlo solo tenemos que consultar la etiqueta trasera del producto, mirar los valores nutricionales y contar la cantidad de ingredientes que lleva. Si contiene más de cinco ingredientes y altas cantidades de grasas saturadas, azúcares y sodio, es un producto ultraprocesado.
Sin embargo, sabemos que resistir la tentación a este tipo de alimentos es difícil. Por eso, un buen consejo para conseguirlo es eliminarlos poco a poco de tu dieta, hasta reducirlos a un 10% de consumo. De esta forma reduciremos poco a poco el deseo y la necesidad de comerlos. Notarás los cambios tanto a nivel físico como psicológico. Recuerda somos lo que comemos.