Las fresas con nata es uno de los postres más típicos en España, pero hay nuevas variedades que las convierten en toda una delicia
Son muchos los postres que se nos vienen a la cabeza cuando llega el verano. Siempre nos apetece algo fresco y novedoso con lo que endulzar una buena cena. Un helado casero o el yogur de moda del supermercado son alternativas muy ricas en todos los aspectos. Sin embargo, hay un postre que destaca por encima de todos en muchos momentos de calor. No es otro que las famosas fresas. Las puedes tomar con nata, es lo más esperado, pero aquí te ofrecemos algo distinto.
Hay pocos postres que sienten mejor en verano que unas fresas frescas y una nata bien fría. Cuando el calor está de moda en estos meses de verano lo más lógico y coherente es tomar algo para disminuir esos sofocos. Más allá de por la temperatura, las fresas aportan muchísimo nutrientes a nuestro organismo. La nata, eso sí, puede poseer mucho azúcar, pero hay alternativas a ella que también hacen de este postre algo muy recomendado. A continuación te detallamos una forma distinta de comer las mejores fresas de tu supermercado más cercano.
La nata pasa a mejor vida: di «hola» a las fresas con crema
Preparar este postre es de lo más sencillo. Lo primero que debemos hacer es adquirir productos de calidad. Las fresas deben ser lo más rojas posibles, aunque no te preocupes si hay alguna distinta. ¡Es lo más normal del mundo! A continuación habrá que comprar crema agria, leche evaporada, leche condensada y esencia de vainilla.
En cuanto tengamos todos los ingredientes lo primero que hay que hacer es cortar las fresas al gusto de cada uno. Recomendamos no hacer trozos muy pequeños para así poder aprovechar mejor la crema. Posteriormente toca juntar todos los ingredientes en un bol. Primero se echa la crema agria. Hay que tener en cuenta que el resultado final es el que merece la pena, así que no desesperes si al principio te cuesta asimilar el sabor. Justo después de ese paso hay que añadir la leche evaporada y la condensada. El uso de las varillas para remover todo es esencial. Una vez removido, hay que echar la esencia de vainilla. ¡Si echas mucho puede que no te guste el sabor, así que cuidado!
Si te ha quedado muy dulce la mezcla siempre puedes echar una pizca de sal, pero depende del gusto de los consumidores. En cuanto tengas la mezcla debes añadirle las fresas… ¡y a disfrutar!