La prevención resulta la mejor manera de evitar dolencias o afecciones que pueden suceder en el largo plazo
Para gozar de una vida larga y plena, además de adoptar buenos hábitos, es imprescindible someterse a chequeos médicos periódicos acordes con nuestra edad y estado de salud.
Conozcamos los principales tipos de chequeos y pruebas médicas preventivas que nos permiten detectar a tiempo posibles síntomas y aumentar nuestras posibilidades de una pronta recuperación.
A partir de los 30 o 40 años, es recomendable someterse a una revisión general de salud, incluso si no hemos experimentado problemas graves. En este chequeo se suele realizar una exploración física completa, análisis de sangre y orina, electrocardiograma, y exámenes de la vista y el oído. La periodicidad varía según la edad, sugiriéndose una revisión antes de los 40 años, cada 3-5 años entre los 40 y 50, y anualmente a partir de los 50.
Personas con muchas pecas o mayores de 50 años tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel. Por tanto, deben acudir regularmente al dermatólogo para examinar la piel en busca de lesiones sospechosas. El uso de una lente de aumento puede ayudar a detectar problemas a simple vista.
Todas las mujeres deben visitar al ginecólogo periódicamente para evaluar el estado de las mamas y el aparato reproductor. Este chequeo incluye la exploración de los senos, citología para descartar infecciones o células precancerosas, mamografía y ecografía pélvica en función de la edad.
Muchas enfermedades coronarias no presentan síntomas hasta que ocurre un evento cardiovascular. Por ello, entre los 40 y 50 años se recomienda visitar al cardiólogo y someterse a pruebas como electrocardiogramas, ecocardiogramas y pruebas de esfuerzo. Las mujeres en la menopausia deben realizar estos chequeos con mayor frecuencia.
El chequeo más importante para el sistema digestivo es la detección del cáncer de colon. A partir de los 40 o 50 años, y dependiendo de los antecedentes familiares, se pueden realizar test de sangre oculta en las heces o colonoscopias para detectar cáncer o pólipos.
A partir de los 50 años, aumenta el riesgo de problemas en la próstata, por lo que se recomienda un análisis de sangre para detectar el antígeno prostático específico (PSA) y, si es necesario, un examen digital del recto.
Además de los chequeos anteriores, existen otras pruebas fundamentales, como la revisión del aparato circulatorio mediante una eco-doppler, densitometría para detectar osteoporosis, test neurológicos para evaluar la demencia precoz, entre otras.
Es esencial tener en cuenta la frecuencia de estos chequeos en cada etapa de la vida para mantener una salud óptima. A partir de los 20 años, toma de tensión, análisis de sangre y orina, y en el caso de mujeres, citología son fundamentales. A medida que se avanza en edad, aumentan las pruebas recomendadas para cada grupo poblacional.
Cuidar nuestra salud es un compromiso que debemos asumir, y realizar estos chequeos médicos nos brindará la tranquilidad de estar atentos a cualquier posible problema para afrontarlo con prontitud y bienestar. ¡No dejes pasar más tiempo y, si las recomendaciones lo señalan, concreta una cita ahora mismo!
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