Los expertos en salud recomiendan seguir a rajatabla la estrategia PAS, a saber,Proteger,Alertar, Socorrer
La luz fluorescente de la cocina. El tableteo rítmico del cuchillo seccionando rápidamente la zanahoria. Las rodajas esféricas que deja a su paso. Un ligero movimiento en falso… y un líquido rojo intenso que empieza a manar del dedo corazón, oscuro, espeso y, a primera vista, incontrolable.
Esta escena se repite constantemente en multitud de hogares de todo el mundo y muchas de las personas que sufren aus consecuencias desconocen el modo correcto de proceder. Tal vez porque el dolor o el pánico los paraliza, o quizá porque simplemente improvisan una solución poco ortodoxa. Frente a estos casos, los profesionales de la sanidad recomiendan seguir la estrecha PAS, Proteger, Alertar, Socorrer.
El primer paso es apartar el cuchillo, el causante del mal, de la vista. Después se debe buscar un asiento para evitar caídas ante un hipotético desmayo y, si la afectada ha sido otra persona, es recomendable ponerse unos guantes de protección por si se diera el caso de una infección.
El siguiente salto lógico es aplicar presión sobre la herida empleando para ello una gasa o apósito. Se debe tratar de mantener la fuerza durante unos cuantos minutos. Si el apósito se empapa de sangre es importante no retirarlo y cambiarlo por uno limpio. En el momento en el que se deje de ejercer presión, es posible que el coágulo resultante se afloje y la sangre vuelva a brotar.
Si se trata de una herida pequeña, un par de minutos de presión bastarían para cortar la hemorragia. El cese brusco de la salida de la sangre podría ser indicativo de infección, por lo que resultaría conveniente lavar la herida con agua y jabón de forms neutra y sin cosméticos que podrían provocar una reacción.
En cualquier caso, la forma correcta de proceder pasa por presionar directamente primero y lavar después y no acudir directamente al grufo y situar las manos debajo.
Si, pasados 10 minutos, la sangre no ha dejado de manar, se debe acudir a urgencias. La herida podría requerir puntos de sutura o traer consigo otros síntomas como náuseas, vómitos o mareos que necesitan un tratamiento específico.
En el caso extremo de amputación, se debe guardar el fragmento del dedo cercenado en una bolsa de plástico y esta a su vez en otra bolsa con hielo y acudir rápidamente a un centro sanitario. Los profesionales valorarán si existe posibilidad de reconstrucción.
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