El azúcar, la cafeína y el gran aporte calórico son algunos de los problemas de consumir refrescos a diario
Bien entrado el verano, existen una serie de elementos que bajo ningún concepto pueden faltar en el retiro vacacional. Para algunos serán los botellines de cerveza. Muchos otros, en cambio, optan por la bebida carbonatada, el refresco.
En torno a los refrescos se han generado multitud de creencias populares que no siempre son cercanas a la realidad. Se tiende a pensar que estas bebidas resultan beneficiosas porque, al contrario que la cerveza o el vino, no contienen alcohol.
Y, si bien es cierto que su ingesta suele aumentar la sensación de sed y, por tanto, también el consumo de más agua, la realidad es que sus perjuicios pesan mucho más que sus supuestos valores positivos. Aquí os contamos algunos de ellos.
El principal y más evidente problema es el azúcar que contienen. Como es bien sabido, aunque el azúcar aporte energía, también dispara los niveles de glucosa en sangre, por lo que su presencia en exceso en el organismo puede ocasionar el sobrepeso o el aumento de presión en sangre a medio plazo e incluso enfermedades crónicas como la diabetes a largo plazo.
Además, el azúcar es un enemigo acérrimo de la salud dental. Debilita los dientes y erosiona el esmalto, lo que favorece la aparición de caries.
Junto al azúcar también hay que tener en cuenta que los refrescos tienen un alto grado de acidez, lo que podría acarrear dolencias estomacales.
Otro de los grandes problemas es la cafeína. Los refrescos o bebidas energéticas que contienen cafeína o teína no solo no contribuyen a mantenernos hidratados, sino que surten el efecto contrario, es decir, diurético. Es decir, que se acelera el funcionamiento del aparato excretor y también la pérdida de líquidos.
Pero no todo el mensaje es negativo. Los expertos aseguran que se puede seguir disfrutando de un buen refresco en verano siempre que este sea light. En otras palabras, que sea una considerable fuente de agua y edulcorantes autorizados poco calóricos y sin azúcar.
La menor ingesta de azúcar suele conllevar el menor consumo de calorías durante la comida, por lo que los refrescos light pueden convertirse en un gran aliado para seguir a rajatabla una dieta o para hacer deporte sin riesgos.
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