El método curly se ha hecho viral por sus buenos resultados, aprende cómo iniciarte y qué pasos debes seguir.
Todas las rizadas han pasado por el mismo proceso: plancharse el pelo todos los días. Por eso hoy, te vamos a enseñar a cómo querer a tu pelo, así como dotarte de una personalidad impresionante tan solo con lucir ese pelazo.
El método curly se ha extendido desde hace mucho a través de las redes sociales. Cada vez hay más personas que se han sumado y están encantadas con el resultado. Hoy te mostramos qué es el método curly y cuáles son sus principales reglas. No obstante, puedes adaptarlo a las necesidades de tu pelo y añadir lo que creas necesario.
Método curly: ¿en qué consiste?
El método curly es una rutina capilar para el pelo rizado. Su creadora, Lorraine Massey, lo inició con el fin de que se vea menos encrespado y luzca una melena nutrida e hidratada, algo poco frecuente en este tipo de cabello, pues por norma general nos encontramos con sequedad y encrespamiento.
Que nuestro cabello se vea mucho más deshidratado se debe, en gran medida, al frecuente uso de los sulfatos que están incorporados en nuestros champús. Esto lo que produce es que eliminan los aceites naturales de nuestro cuero cabelludo y lo resecan.
Además, cuando sentimos que nuestro pelo se encuentra seco, recurrimos a mascarillas y acondicionadores repletos de siliconas. Este tipo de productos lo único que hacen es camuflar nuestro problema, no hidratan nuestro cabello, sino que se acumulan sobre él.
Por lo que la base del método curly es clara: dejar de utilizar sulfatos y siliconas. No obstante, también hay unos cuantos ingredientes más que se deben evitar como los parabenos, los alcoholes y ceras.
Muchas personas comienzan el método curly haciendo el famoso ‘lavado co-wash‘, esto es un último lavado donde limpiaremos el cabello eliminando los residuos que puedan existir en él con un champú que tenga sulfatos, pero sin siliconas. A partir de ahí deberás lavar tu cabello con un acondicionador, según afirman algunas chicas que utilizan este método. Sin embargo, muchas otras no están a favor, pues sienten que no limpia y acumula, por lo que puedes recurrir a champús que carezcan de sulfatos y siliconas. Tan solo prueba a ver que es lo que mejor le va a tu pelo, no tengas miedo.
Tras lavar nuestra melena, aplicaremos un acondicionador: siempre de medios a puntas y desenredaremos con el producto puesto, aunque esto ya lo debes saber, porque al pelo rizado es muy difícil meterle un peine en seco. Para un cepillado menos agresivo con nuestro cabello, debemos hacerlo de abajo hacia arriba, es decir, empezar desenredando desde las puntas e ir subiendo poco a poco. Si tienes tiempo y puedes hacerlo mechón por mechón, mucho mejor.
El uso de mascarillas es relativo: depende de las necesidades de tu pelo. En este método se recomienda utilizarlas una vez por semana; sin embargo, no a todos los cabellos les va bien. Si sientes que es demasiada hidratación, puedes extender su uso cada 15 días.
Una vez que hemos salido de la ducha secaremos nuestro cabello con una camiseta de algodón o de microfibra, de esta forma, evitaremos que nuestro pelo se parta. Añadiremos un leave in, un acondicionador que no es necesario aclarar y sirve para retener más la hidratación. Una vez que lo tengamos definiremos muy bien nuestros rizos con un gel fijador. Es muy importante que este proceso lo realices con el pelo húmedo, más bien tirando a mojado.
Una vez seco, deberás romper el cast, es decir, la dureza que tiene nuestro pelo, con tu aceite de pelo favorito.