Mejorar tu rutina de sueño es mucho más sencillo de lo que crees. Puedes hacerlo siguiendo estos pasos
Todos los lectores se han visto en una situación similar. Después de doce horas de trabajo, papeleo interminable, bramidos de los jefes y un atasco en la carretera de regreso a casa, han descubierto que Morfeo no acude a visitarlos esa noche. La almohada se antoja dura como una piedra y las mantas disparan nuestras glándulas sudoríparas. El sueño simplemente no llega y, si lo hace, es de forma efímera y de mala calidad. En dieta.com compartimos algunos consejos para conciliarlo.
El primer paso es tan fácil como regularizar los hábitos, es decir, tratar de acostarse todos los días a la misma hora y configurar el despertador para que suene a la misma hora todos los días. Aunque los fines de semana resulte tentador saltarse las normas, debemos tratar de seguirlas y no dormir más horas de la cuenta.
El siguiente paso es evitar las cenas copiosas. Se recomienda cenar ligero, lo suficientemente abundante para saciar el hambre, pero nunca en exceso. En el peor de los casos, podría generar malestar estomacal, especialmente si los alimentos ingeridos en la cena contienen cafeína o alcohol, que estimulan el sistema nervioso.
El tercer paso es la adecuación del entorno al sueño. La habitación ha de permanecer oscura, silenciosa y moderadamente fresca. Es recomendable el uso de cortinas o ventiladores para aquellos que se consideren calurosos. También se debe evitar la exposición a la luz azul de las pantallas al menos dos horas antes de acostarse.
Siestas y escritura
La siesta es un enemigo letal para el sueño nocturno, pero siempre será más recomendable que la ingesta desmesurada de café o de bebidas energéticas. Hay que evitarlas en la medida de lo posible, puesto que pueden desestabilizar la rutina de sueño, que ha ser lo menos flexible posible.
Por último, uno de los factores más determinantes es la salud mental. Para mantener el estrés a raya se puede escuchar música o leer pero en ningún caso acudir al móvil o a otra pantalla. Es especialmente liberadora la escritura de un diario cada noche. Volcar las preocupaciones en una hoja de papel puede ayudar a despejar la mente.