La vuelta de las vacaciones se convierte en un infierno para muchas personas por culpa de los cambios de hábitos que experimentan.
Todos lamentamos la vuelta al trabajo cuando se nos van acabando las vacaciones con una sensación que termina de explotar posteriormente en los primeros días laborables. Hay que tener cuidado con estos síntomas, especialmente si el periodo de vacaciones ha sido largo.
La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) asegura que el cambio de hábitos conlleva un trastorno en nuestro organismo que puede incidir perfectamente en el nivel del rendimiento y a la motivación, algo que puede repercutir negativamente en nuestra salud.
Especialmente sensible a estas cuestiones pueden ser las personas que vuelven de las vacaciones veraniega con una duración prolongadas de las mismas. El impacto con la rutina cotidiana tras días de desconexión tanto física como mental, no solo puede repercutir en el trabajo sino también en nuestra vida en casa.
El estrés posvacacional se puede superar
Todo ello se conoce como ‘estrés postvacacional’, lo que traducido supone un trastorno que experimenta nuestro cuerpo en cuanto a la capacidad de adaptación a las tareas en el hogar y al ritmo laboral. Los síntomas suelen manifestarse en una mayor preocupación, inseguridad, palpitaciones, molestias digestivas, dolor de cabeza o alteraciones en el apetito.
Todas las personas podemos estar expuestos a estas circunstancias pero puede agravarse en aquellas que tienen problemas económicos, sentimentales, altas cargas de trabajo o problemas que afecten a su salud.
Pero todo tiene solución, así que quédate en calma porque estos problemas también. Lo mejor para no padecerlo es tener una completa organización de todas nuestras tareas. Programar cada asunto, sobre todo los más vitales, es la clave para adaptarse al nuevo ritmo de vida. Importante es no obsesionarnos con una aclimatación rápida y dejar como mínimo, dos o tres días.
Los síntomas del estrés postvacacional son temporales. Sin embargo, si éstos se agravan con el tiempo, es recomendable acudir a un profesional médico que ayude a gestionar correctamente la tensión y ansiedad.
Poder pasar tiempo con los amigos y seres queridos y realizar algún deporte o practicar una afición son algunas de las posibles soluciones que también puedes realizar para prevenir una enfermedad invisible que puede derivar en otras dolencias de mayor alcance. La salud mental es prioritaria también.