Los expertos detallan diferentes consejos para remediar la excesiva ingesta calórica que se produce habitualmente durante los meses de verano
Entre tres y cinco kilogramos, esa es la cifra que la mayoría de las personas tiende a ganar durante las vacaciones de verano.
Sin embargo, el aumento de peso no es el único efecto secundario de las vacaciones; la piel también sufre las consecuencias de una exposición prolongada al sol y los cambios en la dieta, tanto en los alimentos que consumimos como en los horarios, dejan su huella en forma de hinchazón y retención de líquidos.
Para contrarrestar estos efectos no deseados antes de empacar las maletas de regreso, es aconsejable tomar medidas y ajustar tu dieta, eliminando ciertos alimentos y agregando otros. Hemos consultado a varios expertos para obtener consejos sobre las estrategias más efectivas para satisfacer las necesidades específicas de tu piel y cuerpo en esta época del año y regresar a la rutina en óptimas condiciones físicas y nutricionales.
Después de disfrutar de comidas veraniegas y días en la playa, retomar tus horarios y patrones de alimentación regulares no es tan sencillo como cambiar la página de un calendario. En lugar de someterte a un régimen estricto de inmediato para perder los kilos ganados durante el verano, Leo Cerrud, experto en nutrición y director de la Clínica Dr. Leo Cerrud (con sedes en Madrid y Panamá), ofrece una opción más moderada y efectiva.
El desayuno es importante
Cerrud destaca la importancia de desayunar adecuadamente. «Los carbohidratos consumidos por la mañana proporcionan la energía necesaria para el resto del día», afirma. Puedes obtenerlos de la fruta, una tostada con aceite de oliva virgen y una infusión o café. Además, sugiere tomar una pieza de fruta como tentempié a media mañana, que puedes acompañar con una infusión, té o café frío.
Cuando estés en un bar o chiringuito, opta por platos de ración típicos del verano, que suelen ser más bajos en calorías y más saludables que otras opciones. Cerrud recomienda platos como lomo, jamón, boquerones en vinagre, espetos de sardinas, pulpo, calamares (sin rebozar), sepia, ceviche, tartar y todas las verduras, siempre y cuando no estén rebozadas ni fritas.
Menos hidratos de carbono y pan
Cerrud aconseja reducir la ingesta de hidratos de carbono complejos, como azúcar, pan, patatas, cereales, pasta, arroz, maíz y legumbres en la medida de lo posible. Además, a excepción de la tostada en el desayuno, Cerrud sugiere evitar el pan en todas sus formas durante el resto del día, incluyendo los colines y los snacks llamados «light», ya que a menudo contienen más azúcares y grasas de lo que aparentan.
Verduras y cenas ligeras
Cerrud enfatiza la importancia de elegir guarniciones de verduras (preferiblemente cocidas o a la plancha) o ensaladas para acompañar las comidas principales, en lugar de opciones más pesadas como las patatas fritas.
Para contrarrestar los excesos de las comidas veraniegas y reducir el ritmo de las ingestas, Cerrud propone dos opciones de cena para cuando comas en casa: la «lactocena,» que consiste en yogur, leche desnatada o queso, y la «proteicena,» que incluye fiambres magros como el jamón serrano, el lomo o el pavo natural.
Seguir estos consejos puede ayudar a remediar el exceso calórico que se puede acumular durante el verano. Sin embargo, aunque la dieta es importante, los expertos recomiendan no obsesionarse ni caer en frustraciones innecesarias. Superar el límite de calorías o realizar excesos puntuales al comer es habitual, especialmente en eventos sociales o en épocas veraniegas. Ante esto resulta útil ser práctico y tener consciencia en el momento en el que se producen evitando actitudes obsesivas. Al fin y al cabo, una relación saludable con la comida es uno de los mejores hábitos para mantenerse en buenas condiciones.