Es un interrogante al que se le han dado muchas respuestas. Pero, ¿alguna de ellas se acerca a la realidad?
21:00 de la noche. Ha sido un día agotador. Llevas despierto desde las 7:00 de la mañana. Podías arañar unos minutos más de sueño, pero no puedes hacerlo si quieres salir a correr. No es que sea la mejor hora, sino la única. Acabas tu carrera de 10 kilómetros. Para completarla apenas te has tomado un plátano y un yogur desnatado.
Has hecho un esfuerzo increíble. Llegas a casa y no te apetece retomar el desayuno. Te duchas, te abotonas la camisa, te anudas la corbata y te marchas al trabajo. Ha sido un día sin demasiadas complicaciones. Al contrario que otras jornadas, esta no te ha provocado demasiado estrés. Te sientes renovado, con ganas de disfrutar de tus horas libres.
Decides ir al gimnasio. Hoy puedes permitírtelo. Has comido un sándwich y un tupper de brócoli en la oficina. No te ha dado tiempo a más si querías llegar a la reunión. Inviertes dos horas de sudor y fuerza antes de llegar a casa completamente exhausto. Ha sido un día productivo en lo físico.
Y ahora debes reponer fuerzas. ¿Qué tal un rebosante plato de espaguetis? A lo mejor no es lo más adecuado, pero sí lo que más te apetece…
Los expertos aseguran que no es una sabia decisión. Una cena copiosa a base de carbohidratos puede llevar a problemas acuciantes de sobrepeso, presión arterial, estrechamiento de los vasos sanguíneos, colesterol e incluso infartos.
Para encontrar la explicación, hay que remontarse a los orígenes de la humanidad, cuando el nomadismo hizo a los humanos cazadores y recolectores. La insulina, la encargada de trasladar los nutrientes de la sangre para inyectárselos a las células, aumenta su actividad durante la mañana y la extiende hasta el mediodía. Sin embargo, reduce sus niveles durante la noche.
Ante esta situación, los expertos en salud aconsejan ingerir una cena poco abundante en la que deben evitarse los carbohidratos o las frutas. Por supuesto, también se deben dejar atrás los alimentos ricos en azúcar, puesto que este no puede quemarse en lo que resta de día.
Solo existe una excepción. Para aquellos que acostumbren a realizar ejercicio físico de forma regular por las mañanas, puede ser recomendable la ingesta de carbohidratos en la cena. Estos se van a consumir en el transcurso de la mañana siguiente.
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