Investigadores de la Universidad Médica de Dalian (China) enumeran y destacan los notables beneficios de la cerveza.
Como ya hemos visto en este portal, la cerveza puede ser realmente beneficiosa para nuestro organismo. Eso sí, siempre y cuando se lleve a cabo un consumo moderado y tolerable: 25 gramos al día para los hombres (unas tres cañas o dos latas de 33cl) y 12g para las mujeres (dos cañas o una lata).
Sus polifenoles, una sustancia química muy abundante en la cerveza, ejercen un efecto antioxidante en el tejido de las arterias, manteniéndolas jóvenes, y favoreciendo la formación de tejido cicatrizante en el corazón después de un infarto. Asimismo, tomarla sin alcohol, puede ser bastante provechosa durante y después de la menopausia, debido a sus propiedades estrogénicas, antiinflamatorias y antioxidantes; así como en las funciones cognitivas del cerebro, gracias al xanthohumol.
La cerveza, más útil que muchos probióticos
Lo cierto es que esta bebida milenaria es una auténtica fuente de nutrientes. Cuenta con aminoácidos esenciales, vitaminas, oligoelementos y sustancias bioactivas como los flavonoides y los ya mencionados polifenoles. Además, es rica en minerales como calcio, magnesio y zinc. Incluso contiene fibra dietética, gracias a los betaglucanos y arabinosa-oligosacáridos del cereal. Elementos que relacionan la cerveza con un mejor metabolismo.
Precisamente, investigadores de la Universidad Médica de Dalian, en China, han demostrado que esta bebida puede ser mejor que muchos probióticos, ya que su acción intestinal es aún mayor. «Cuando la cerveza se consume con moderación, los fenoles y otros nutrientes que contiene son fermentados y descompuestos por el microbiota que residen en la capa mucosa externa del intestino”, desvelan los investigadores. “Este milagroso proceso digestivo produce una gran cantidad de metabolitos que aumentan las bacterias beneficiosas. Se trata de bacterias que producen ácidos grasos de cadena corta, ejerciendo una variedad de efectos antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores», añaden.
Asimismo, los científicos destacan que esta bebida podría convertirse en un alimento funcional si se fortifica con fibra, antioxidantes y probióticos. Es más, abren la posibilidad de crear cervezas que sirvan como «tratamiento» para enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la obesidad; aunque todavía hacen falta más investigaciones al respecto. Así pues, en resumen, beber cerveza puede ser realmente beneficioso, ya que aumenta las bacterias buenas del intestino y tiene un efecto antiinflamatorio y antioxidante en nuestro organismo. Eso sí, siempre y cuando su consumo sea moderado.