Una de las mayores incógnitas a la hora de alimentarnos y en especial cuando consumimos grasas es saber cuáles son saturadas y cuáles no, una serie de dudas que trataremos de saldar.
Las grasas tienen un papel muy importante para nuestra salud, especialmente para nuestro sistema cardiovascular, ya que un consumo excesivo de grasas saturadas puede motivarnos obstáculos en nuestras arterias, que, a su vez, puede aumentarnos el riesgo de contribuir imprevistos cardiacos como, por ejemplo, un infarto.
En lo que atañe a esta cuestión, necesitamos diferenciar qué tipo de grasas saturadas pueden ser perjudiciales para nuestra salud y cuáles son, dentro de lo que cabe, positivas y, al menos, poder consumirlas más asiduidad y con un índice menor de contraer accidentes cardiovasculares.
La mayoría de las grasas saturadas provienen de la grasa animal. Los embutidos, una serie de alimentos muy consumidos en nuestro país, son considerados como una de las grasas saturadas menos aconsejables para consumir de forma diaria, ya que tampoco contribuye a que llevemos una dieta equilibrada y sana.
Los alimentos procesados es otra de las comidas que están consideradas como las más perjudiciales para la salud. Dentro del grupo de los alimentos procesados podemos incluir la bollería industrial y comida basura, entre la que se encuentra la pizza o las hamburguesas.
Este tipo de grasas son negativas para el organismo, especialmente si se ingiere en grandes cantidades, debido a que aumenta los niveles de colesterol en sangre. El riesgo de consumirla a diario pueda conllevar a un peligro para la salud cardiovascular a medio plazo.
La diferencia fundamental entre grasas saturadas y grasas insaturadas es que estas últimas, al contrario que las saturadas, son relativamente positivas para la salud. Las grasas insaturadas reducen los niveles de colesterol en sangre.
Este tipo de grasas se encuentran principalmente en verduras y productos que derivan de los vegetales. Entre estos alimentos, están incluidos el aceite de oliva virgen extra, no el aceite de girasol, el aguacate, las aceitunas y todo tipo de frutos secos. También, aunque en menor medida, están las carnes blancas, como el pollo o la carne de cerdo, y el pescado azul.
Dentro de las grasas insaturadas, podemos discernir dos grupos: las grasas poliinsaturadas, que conforman el omega 3. el omega 6, y las grasas monoinsaturadas, constituidas en el grupo de omega 9.
De esta forma, sabiendo los beneficios y perjuicios de las grasas saturadas e insaturadas, solo depende de ti cuidar tu estado de salud en relación a la alimentación.
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