Resolvemos una de las dudas más habituales de los consumidores diarios de yogur: diferencias entre un griego y uno natural en cuanto a calorías, indice glucémico y valor nutritivo.
El yogur es un producto lácteo más fácil de digerir que la leche debido a su solidez, además de que refuerza la flora intestinal y no posee muchas calorías al ser un saciante. Sin embargo, los consumidores se hacen algunas preguntas a la hora de compra uno u otro tipo de yogures. Una de las dudas más habituales en las personas que comen yogurt es el tipo de fermento que se emplea, un elemento indispensable a la hora de valorar la calidad de un yogur en cuanto a términos glucémicos.
Otras de las dudas de las personas que consumen habitualmente diversos tipos de yogures y que afecta directamente a la dieta es el potencial calórico, debido a que el consumo de un yogur con muchas calorías puede condicionarnos a la hora de aumentar nuestro peso si se hace durante un tiempo prolongado.
El yogur se elabora a partir de la fermentación de leche entera y a partir de dos tipos de bacterias: Lactobacillus bulgaricus y Streptococus thermophylus. Estas bacterias provocan que el yogur sea mucho más digestivo que si los consumiéramos con una fermentación natural.
Además, estas bacterias, que tienden a la coagulación de las proteínas de la leche, da esa cremosidad que caracteriza al yogur. Ahora bien, en función del origen de la leche, ya sea de cabra, de vaca o de oveja, los yogures son diferentes, sobre todo a nivel calórico.
Los yogures, ya sean naturales, griegos o de cualquier otro tipo, se elaboran a partir de bacterias lácticas. La primera duda, que atañe al valor calórico de un yogur griego o natural, se resuelve de manera intuitiva, ya que el yogur griego tiene más calorías. En relación a esta afirmación, un yogur griego puede tener 127 calorías aproximadamente, aunque esta cifra puede variar. La razón, simple. El yogur griego necesita mucho más empleo de leche que un yogur normal.
La pregunta de por qué el yogur griego necesita más leche que un yogur natural es simple. El yogur griego se cuela mucho más, ya que el objetivo es eliminar lo máximo posible el suero. Al colarlo más que el yogur natural, se reduce el volumen y, por lo tanto, se prescinde de más leche para que el yogur quede igual de sólido. En esta relación, aumentan los nutrientes que hace que aumenten más las calorías.
Sin embargo, estos nutrientes requieren de muchas proteínas, lo que motiva que los yogures griegos sean muchos más recomendados por los dietistas, ya que si cada 100 gramos de yogur normal, sin ningún tipo de aditivo, nos puede aportar alrededor de tres gramos por proteína, la misma cantidad de yogur griego puede aportarnos hasta el triple. Además, el yogur griego nos aporta más calcio, potasio o vitamina A, indispensables para el buen desarrollo de nuestros huesos.
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