La comida perfecta para tu gatito es más fácil de escoger de lo que parece. Te contamos los aspectos que debes tener en cuenta
La comida para mascotas siempre ha generado a su alrededor toda una amalgama de controversias y falsos mitos. Tal vez uno de los más habituales sea aquel que se popularizó hace unos años, que aseguraba que ingerir comida de perro hacía desaparecer los granos de las personas que sufrían de acné.
La comida para gatos tampoco ha sido la excepción. Muchas veces hemos abierto una lata de atún para servírsela a nuestro felino favorito y hemos descubierto que, en ocasiones tienen un olor muy apetecible y en otras, sin embargo, uno francamente desagradable. Eso tal vez nos haya llevado a preguntarnos, ¿qué contiene?
Lo primero que se debe considerar a la hora de comprar comida para nuestro gatito es que que esta debe ser rica en proteínas. Al igual que en los humanos, estas constituyen la piedra angular de su alimentación. Son las encargadas de construir la estructura ósea, el tejido muscular y son indispensables para asegurar el correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
En la medida de lo posible, se ha de intentar que estas sean frescas y se compongan principalmente de carne y pescado que no haya sido sometido previamente a la intervención industrial. De esta forma, las proteínas resultantes serán de buena calidad, algo que, en el caso de la comida para mascotas, es mucho más importante que la cantidad.
También resulta imprescindible la presencia de un componente llamado ceniza bruta, que está lejos e parecerse a esa arena de color grisáceo que surge de la combustión. La ceniza bruta en la jerga de la comida para gatos se refiere a la cantidad de minerales que esta contiene, como el selenio, el zinc, el sodio o el potasio. Estos son cruciales para diversos procesos que ocurren en el organismo, como la coagulación de la sangre o el crecimiento óseo y muscular.
El último componente que debe estar presente en la comida de nuestra felina mascota es el fósforo, uno de los minerales más importantes. El fósforo es el encargado de reparar las células y los tejidos, por lo que interviene directamente en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
Así, es necesario que la comida de nuestros gatos tenga una dosis apropiada de fósforo en proporción a una dosis apropiada de calcio. Ambos, en conjunción, aseguran el fortalecimiento de los huesos del animal y previenen múltiples enfermedades al reforzar sus defensas.
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