Desde dieta.com te compartimos algunos pasos a seguir si uno de los tuyos sufre un ataque cardíaco
Ojalá nunca llegue el momento. Es una de esas situaciones por la que ninguno de los lectores querría pasar. Pero es necesario saber cómo actuar ante una emergencia y, por desgracia, los datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la muerte por infarto es una de las más habituales.
El primer paso es lidiar con el shock inicial. Algo que, aunque sobre el papel pueda parecer lo más elemental, lo cierto es que en la mayoría de ocasiones es el más complicado. Reaccionar en un momento crucial es esencial para brindarles a nuestros allegados la mayor ayuda posible.
Una vez superado el impacto emocional, el primer paso debe ser la llamada al 911 para solicitar una ambulancia lo antes posible. En caso de que esta se demore mucho, lo mejor es que traslades tú mismo al enfermo en tu coche particular o pedirle a un allegado o vecino que lo haga si no dispones de vehículo o no puedes conducir. Bajo ningún concepto se debe dejar al enfermo conducir salvo que se encuentre solo y no tenga otra alternativa.
El siguiente paso es tomarse una aspirina. La aspirina impide la coagulación de la sangre. Es necesario tener en cuenta que el infarto suele producirse por un riego sanguíneo deficiente, en muchos casos producido por un estrechamiento de los vasos sanguíneos. La aspirina elimina los coágulos, lo que facilita la circulación.
En la misma línea puede optarse por la nitroglicerina, uno de los vasodilatadores más potentes y de efecto más inmediato del mercado. La nitroglicerina ensancha los vasos sanguíneos, lo que hace que el corazón requiera una menor cantidad de oxígeno para bombear la sangre, lo que implica una disminución de la frecuencia cardíaca, que suele dispararse durante un infarto.
La reanimación
En caso de que la ingesta de los medicamentos pertinentes no haya dado resultado pasados unos minutos, quizá sea necesario realizar una reanimación cardiopulmonar. Esta debe ejecutarse solo si la persona ha perdido la consciencia.
Para ello, se debe presionar rápido y con fuerza en el pecho del enfermo siguiendo una secuencia rítmica: entre 100 y 200 compresiones por minuto. En caso de que no de resultado, se debe recurrir a un desfibrilador cercano.