Existen una serie de alimentos que actúan como kriptonitas para aquellos que sufren de dolor de garganta. Te contamos cuáles son
El dolor de garganta es siempre la afección más común cuando llega el frío y los contrastes de temperatura. Combatirlo suele ser tan sencillo como acudir al médico de cabecera para obtener una receta de un jarabe. Pero, ¿puede complementarse el jarabe con alguna otra práctica? En dieta.com te indicamos los alimentos que debes evitar durante el proceso.
Los primeros son los alimentos sólidos y crujientes como las tostadas, el pan duro, los cereales o las zanahorias crudas. Su ingesta implica un mayor trabajo de la mandíbula y pueden aumentar la sensación de raspado al atravesar el esófago. Es recomendable consumirlos con mucha moderación si se experimenta picor de garganta.
Por el mismo motivo, deben evitarse las frituras. Su textura crujiente puede resultar fatal si aún estamos convalecientes de la garganta. Además, los cítricos también pueden resultar extremadamente ácidos y, aunque sea un una gran fuente de vitamina C y por lo general sean aptos para ser consumidos en grandes cantidades, se debe extremar la precaución en caso de dolor de garganta.
Por supuesto, las especias y los platos picantes actúan como explosivos para la garganta. La mayoría de expertos desaconsejas su ingesta ante dolor de estómago e incluso recomiendan no consumirlo aunque nuestro estado de salud sea perfecto. Además, como es bien sabido, las salsas picantes pueden hacer aflorar otros síntomas no relacionas con el sistema digestivo como picor de ojos, irritación de las fosas nasales, lagrimeo y un largo etcétera.
En una línea similar, se deben evitar tanto el alcohol como el café, dos productos altamente irritantes que afectan directamente al período de recuperación del dolor de garganta. Mientras dure la afección, se debería optar por otros estimulantes como las barritas de cereales o los refrescos sin gas.
Si existe una clave para curar definitivamente el dolor de garganta esa es la temperatura. Los platos calientes como las sopas pueden ser fatales por aumentar la sensación de irritación a su paso por el estómago. Asimismo, los muy fríos pueden hacer que la irritación no disminuya.
Por ello, lo recomendable es optar por agua tibia, del tiempo, y hacer gárgaras tres veces al día, después de cepillarse los dientes. De esta manera, la garganta se mantiene hidrata si además se compaginan dichas gárgaras con la ingesta de dos litros de agua diarios.
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