La obesidad puede combatirse de forma efectiva siguiendo el consejo de expertos e introduciendo el ejercicio físico
La obesidad y el sobrepeso se han convertido en un desafío creciente en la sociedad actual, afectando a un número cada vez mayor de personas en edades más tempranas.
Este problema de salud se debe en gran medida a un estilo de vida sedentario y a hábitos alimentarios poco saludables. En este artículo, exploraremos cómo evitar estos problemas y mantenerse en forma.
El sobrepeso y la obesidad no solo tienen un impacto en la apariencia física, sino que también están relacionados con una serie de problemas de salud significativos. Estas condiciones pueden desencadenar hipertensión, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, problemas articulares, infertilidad, hígado graso, apnea del sueño y varios tipos de cáncer, incluyendo endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, colon, vesícula biliar y riñones.
Además de los problemas físicos, el sobrepeso y la obesidad pueden tener un impacto significativo en la salud mental. Las personas que luchan con el exceso de peso tienen un mayor riesgo de experimentar depresión, ansiedad, bulimia y baja autoestima. Un estudio de la Universidad del Sur de Australia y la Universidad de Exeter en el Reino Unido reveló que el 25% de las personas con sobrepeso, especialmente las mujeres, sufren de depresión, en comparación con el 14% de las personas con un peso saludable.
Para determinar si tienes sobrepeso u obesidad, es fundamental conocer tu Índice de Masa Corporal (IMC). Este índice se calcula dividiendo tu peso en kilogramos por el cuadrado de tu altura en metros (kg/m2). Por ejemplo, una persona que mida 1,59 metros y pese 67 kilos tendría un IMC de 26,5, lo que indica sobrepeso.
El camino para combatir el sobrepeso y la obesidad implica un cambio en los hábitos de vida, y dos elementos clave para lograrlo son la dieta y la actividad física.
Una dieta efectiva para la pérdida de peso debe reducir la ingesta de calorías, pero también garantizar la obtención de vitaminas, minerales y nutrientes esenciales para mantener una buena salud. Esto se puede lograr consumiendo alimentos naturales y evitando procesados, fritos, productos de panadería industrial, bebidas gaseosas y azúcares refinados. Además, es importante limitar la ingesta de alimentos saludables pero calóricos, como aceites y frutos secos.
La actividad física es fundamental para mantener un equilibrio energético saludable. Se recomienda al menos 150 minutos (2,5 horas) de ejercicio a la semana, pero lo ideal es realizar 30 minutos de actividad física diariamente para acelerar la pérdida de peso y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad. Los ejercicios aeróbicos, como caminar, correr, andar en bicicleta, nadar y bailar, son ideales, y se pueden complementar con entrenamientos de fuerza, como el levantamiento de pesas.
Además del ejercicio planificado, es importante combatir el sedentarismo en la vida diaria. Se recomienda subir escaleras en lugar de usar el ascensor, caminar en lugar de conducir y evitar estar sentado durante largos períodos. Fumar no solo está relacionado con enfermedades pulmonares, sino que también se ha asociado con el sobrepeso. Un estudio de la Universidad de Navarra demostró esta conexión, lo que refuerza aún más la importancia de dejar de fumar.
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