La cantidad de carne en la dieta tiene repercusiones muy importantes en la calidad de vida y salud humana según las últimas investigaciones
El consumo anual de carne en España ronda los 45 kilogramos por persona al año, lo que equivale a unos 900 gramos a la semana.
Este número, si bien es un promedio, plantea la pregunta de si es excesivo o adecuado. En este artículo, exploramos las opiniones de los expertos en nutrición sobre el consumo de carne y sus implicaciones para la salud.
La carne es un pilar fundamental en la dieta española, pero su consumo, especialmente en grandes cantidades, ha suscitado inquietudes en el ámbito de la salud. Beatriz Robles, tecnóloga alimentaria y dietista-nutricionista, resalta que la carne es un alimento con una alta densidad nutricional. Sin embargo, este atributo se contrarresta con posibles riesgos para la salud relacionados con el exceso de carne roja y procesada. Robles señala que la mayoría de las pautas dietéticas establecen límites para el consumo de carne, mientras que fomentan la ingesta de frutas y verduras.
Beneficios de un consumo moderado
Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, destaca los beneficios de un consumo moderado de carne dentro de una dieta equilibrada. La carne aporta proteínas de alto valor biológico, en cantidad óptima, junto con minerales esenciales como el hierro hemo, que es fácilmente absorbido y contribuye a la absorción de hierro no hemo de alimentos vegetales. Además, la carne es una fuente crucial de vitaminas del grupo B, como la B12 y la B6, vitales para el sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos.
Motivos para reducir el consumo
Las investigaciones científicas han destacado principalmente los riesgos asociados con el consumo excesivo de carne procesada. Palau explica que reducir la ingesta de carnes procesadas puede disminuir el riesgo de cáncer colorrectal, mientras que la relación entre el consumo de carne roja y este tipo de cáncer es menos evidente. Se estima que cada 50 gramos de carne procesada en la dieta pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en un 16-17%. Además, un exceso de carnes, vísceras y mariscos se ha relacionado con niveles elevados de ácido úrico en sangre y ataques de gota.
Además, hay indicios de que el consumo excesivo de carne, acompañado de una ingesta baja de pescado y alimentos ricos en fibra, podría estar relacionado con enfermedades inflamatorias intestinales. Las dietas ricas en carne, huevos y quesos, que contienen altos niveles de grasas saturadas, se asocian con enfermedades cardiovasculares debido al aumento del colesterol LDL en sangre. Por otro lado, una dieta vegetariana o DASH (que promueve el consumo de frutas, verduras, productos lácteos bajos en grasa, cereales integrales, aves, pescado y frutos secos) se considera más efectiva en caso de enfermedad cardiovascular.
Recomendaciones semanales
Según las recomendaciones del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), el consumo de carne debería limitarse a un máximo de tres raciones semanales, donde una ración equivale a un filete o chuleta de unos 150 gramos. Esto sugiere no exceder los 450 gramos de carne por persona a la semana, la mitad del consumo promedio de la población española según las estadísticas más recientes.
Organismos internacionales, como la Comisión EAT-Lancet, respaldan estas recomendaciones. Este organismo sugiere un máximo de una ración de carne roja a la semana y dos de carne blanca. Aunque la Aesan no especifica las cantidades de carne blanca y roja, destaca la importancia de priorizar las aves y el conejo, que son carnes blancas.