Una de las dietas más populares últimamente es la del metabolismo acelerado; una dieta que promete bajar de peso sin pasar hambre.
Si tu objetivo es bajar de peso, es importante tener en cuenta que no existen trucos, ni milagros que nos hagan bajar de peso de forma milagrosa. Existen muchas dietas que nos pueden ayudar a bajar de peso, pero dependiendo del cuerpo, el deporte y el metabolismo.
Una de las dietas más de moda de los últimos años es la dieta del metabolismo acelerado, por sus rápidos resultados. Esta dieta tiene como objetivo principal hacernos bajar de peso, se enfoca en uno de nuestros puntos débiles cuando comenzamos un proceso de adelgazamiento: el metabolismo.
Esta dieta fue diseñada por la nutricionista americana Haylie Pomroy y que tal y como explica en su dieta, la diferencia con otras dietas, es que no consiste en comer menos, sino en comer bien e incluso consumir cantidades más altas de comida durante todo el periodo.
Las fases de la dieta de metabolismo acelerado
La dietista Jennifer López divide esta dieta en ciclos de 28 días, en los que cada semana, tres fases diferentes de alimentación y ejercicio. Basándonos en este método, sí podemos decir que se trata de una dieta equilibrada y saludable, que como su propio nombre indica, nos ayuda a que nuestro metabolismo vuelva a funcionar de forma correcta y a mayor ritmo y, como consecuencia de ello, perdamos peso más rápidamente.
La dieta del metabolismo acelerado no es ni mejor ni peor que otras, es diferente. Y es importante conocernos a nosotros y a nuestro cuerpo para saber cuál es la dieta que nos va a aportar mayores resultados. En esta dieta se incluyen todo tipo de alimentos, permitiéndonos llevar a cabo una dieta sostenible en el tiempo sin pasar hambre y sin gran margen de error.
La clave es saber cómo sustituir los alimentos para que se adapten a tus necesidades, manteniendo las fases y porciones.
Primera fase: (lunes y martes) frutas y granos. Debe acompañarse de al menos un entrenamiento de cardio.
Segunda fase: (miércoles y jueves): proteínas de origen animal y verduras alcalinas. En esta fase debemos incluir al menos un entrenamiento anaeróbico.
Tercera fase: (viernes, sábado y domingo): además de todo lo anterior (pero en menor cantidad), deberás agregar grasas y aceites saludables. Esta fase debemos combinarla con al menos una sesión de una actividad física que relaje nuestro cuerpo, como el yoga.
Además, es apta para todo el mundo, incluyendo personas con diabetes y mujeres embarazadas. También se diferencia porque puedes alimentarte muy bien y preparar comidas que te gusten mucho, con un resultado de pérdida de peso sin efecto rebote si se continúa un plan adaptado a tus necesidades.