Atención madres y padres con las recomendaciones sobre los zumos de frutas para los niños. Puntos para una vida más saludable.
No todo lo que brilla puede ser oro. La famosa frase, si hablamos de alimentación infantil, podría ajustarse de la siguiente manera: no todo lo que brilla puede ser “todo tiempo” oro. Ese es el caso de la relación que existe entre los zumos de fruta y los niños. ¿Es peligroso que tomen todo el tiempo un rico zumo de frutas? ¿Cuándo lo deberían tomar?
Los abogados defensores de los zumos de frutas dirán que son una exitosa herramienta para que las niñas y los niños empiecen a relacionarse y le tengan más cariño a las frutas. Y eso es cierto. Pero, ¿son igual de saludables las frutas y los zumos de frutas? ¿Es preferible la fruta en pieza antes que en zumo?
La Asociación Española de Pediatría (AEP) subraya que un zumo de fruta natural en una comida, desayuno o merienda puede adecuarse perfectamente a una dieta sana. Ahora bien: resalta, por otra parte, que no es positivo tomar zumos para la sed. ¿Lo mejor para la sed, entonces? Agua, siempre.
Diferencias entre los zumos naturales y los zumos envasados
Los especialistas informan además que el zumo de fruta, para los niños de 2 a 5 años de edad, termina siendo una fuente importante de potasio y magnesio. A su vez, se recomiendan en la infancia para que se vayan acostumbrando a la fruta en la dieta, al sabor de la fruta, a quererla y que no sea un esfuerzo digerirla.
Sin embargo, los mismos especialistas remarcan la importancia de diferenciar los zumos naturales de los zumos envasados. ¿Qué dice la Asociación Española de Pediatría sobre los zumos naturales? La definición es clara: “son el resultado de exprimir o licuar frutas o verduras y aportan casi todos sus nutrientes y vitaminas, excepto la fibra… Es una buena opción para beber, pero mejor en pequeña cantidad, ya que es preferible consumir la fruta con toda su pulpa y la piel, siempre que se pueda”.
Por su parte, señalan las contras de los zumos envasados, fabricados a base de agua y concentrado de frutas. A pesar de ser buenos para la alimentación, existen algunas particularidades que no se deben pasar por alto: contienen mucha cantidad de azúcares, lo que puede provocar, entre otros puntos negativos, el riesgo de tener caries y ganar peso en exceso; no logra reemplazar a la fruta porque faltan la mayoría de las vitaminas y las fibras; al subir el azúcar en la sangre, disminuye el apetito, y ya sabemos los inconvenientes que puede generar un niño sin apetito; su consumo diario puede estar asociado al aumento de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.