Los platos caliente tienen su auge cuando llegan los meses de frescor, otoño e invierno son sus estaciones
Para los amantes del ‘fresquito’, llega su época dorada. El otoño abre la posibilidad a una variedad de platos que son eliminados de nuestro menú en verano. Ahora es el momento ideal para disfrutar de cremas, purés, caldos y sopas donde los productos de temporada son los grandes protagonistas.
El puchero andaluz es uno de los cocidos tradicionales por excelencia y su receta está basada en la cocción a fuego lento de varias verduras, carnes (servidas picadas y mezcladas a modo de pringá), garbanzos y huesos (como el de espinazo salado o de jamón). Cada rincón de Andalucía tiene ligeras variaciones en cuanto a su preparación pero no hay duda de que es un plato con mucha historia y muy querido, ya que permite incluso ser la base de otros platos.
Si hablamos de platos reconfortantes y potentes con productos autóctonos, no podemos olvidarnos del caldo gallego. Sin embargo, si la temporada de grelos se resiste en aparecer (dependen mucho de la climatología del año), podemos hacer ‘el cambiazo’ por unas acelgas gallegas o una berzas, también de altísima calidad.
El otoño es la época perfecta para los platos de cuchara
La fabada es un plato de cuchara muy tradicional en Asturias. Es perfecto para el otoño y será un plato que permanezca en la estación invernal. Es una receta que requiere tiempo y paciencia así que organiza tu agenda y dedica una buen parte de la mañana a cocinar este riquísimo plato de fabada asturiana tan apetecible para los días de frío y eso sí, regálate una buena siesta, el plato lo demanda. Los platos de legumbres como la fabada asturiana tienen sus orígenes en la cocina humilde que tenía que alimentar a la familia con pocos recursos, y curiosamente es una cocina saludable, nutritiva y muy rica.
Una de las recetas más tradicionales y que cuenta con mayor popularidad son las lentejas estofadas con chorizo y verduras, preparación culinaria originaria de la provincia de Ávila que durante los siglos XIX y XX se extendió por toda la geografía española debido al gran éxito que tuvo este plato.
Este plato es conocido popularmente como lentejas con chorizo de la abuela, por ser uno de los más claros representantes de la cocina tradicional casera.
El puré de calabacín es una de esas recetas que nunca falla. Ya sea para un entrante en un día frío o una cena ligera, es una opción ideal que se ha convertido en un clásico en muchas cocinas. Su versatilidad lo hace adecuado para combinarlo en el menú con todo tipo de platos, desde carnes a pescados o simplemente como protagonista por sí solo.
El cocido madrileño es otro de los clásicos que vuelve con fuerza en esta época. Es una de las recetas con legumbres que más gusta cocinar, quizás por lo tradicional que es este plato. Se puede preparar a fuego lento en una cazuela o marmita grande, en cuyo caso se emplea unas dos horas y media a fuego lento, o utilizar en la olla exprés con lo que tendremos el cocido madrileño listo en unos 20 minutos aproximadamente.