Averiguamos todas las propiedades del ajo, un alimento originario de Asia y que se considera como uno de los condimentos más empleados en todo tipo de platos.
El ajo es un alimento que no se consume tal y como es, sino que se emplea como condimento culinario. Este producto está conformado por un bulbo que presenta un olor característico y se compone de varios dientes que forman las llamadas cabezas de ajo.
A pesar de su origen asiático, el ajo es empleado en gran parte del mundo. En cuanto a la gastronomía española, hay recetas que se basan en el uso del ajo para alcanzar el sabor que les destaca como unos de los platos más reconocidos, como el pollo al ajillo, el alioli o la sopa de ajo.
Valor nutricional y calórico del ajo
El elemento principal del ajo es el agua, ya que equivale al 60% de su composición total. En cuanto a los nutrientes que aportan los ajos, podemos resaltar los hidratos de carbono (30 gramos por cada 100 gramos de ajo).
El ajo también es rico en proteínas, poco más de 4 gramos por cada 100 gramos. A su vez, el ajo proporciona una gran cantidad de minerales entre los que destaca el potasio, el fósforo y el magnesio. No obstante, a diferencia de otras hortalizas, el ajo también contiene minerales, en menor medida que los anteriores, del tipo del sodio, selenio, calcio, hierro y níquel.
Otro de los puntos a favor que tiene el ajo es que es muy bajo en grasas al poseer 0,2 gramos por cada 100 gramos, aproximadamente. Respecto a las vitaminas que contiene el ajo, es reseñable que esta hortaliza posee vitamina A, C, primordialmente, aunque también dispone de vitaminas B1, B2, B3 y E.
Índice glucémico del ajo
El ajo tiene varias propiedades beneficiosas para la salud. Entre algunos de sus beneficios de esta hortaliza podemos encontrar la regulación de los niveles de colesterol, la disminución de la presión arterial y la reducción los efectos del arterioesclerosis, entre otros aspectos.
Aparte de estas propiedades, el ajo también funciona como un antiséptico intestinal; previene la formación de coágulos sanguíneos; aumenta las defensas del organismo, por lo que ayuda a combatir infecciones respiratorias como la gripe y el resfriado por sus propiedades antisépticas en el sistema respiratorio; contribuye a la dilatación de los bronquios y fluidifica las mucosas.
Por todas estas cualidades, el ajo es muy útil en el caso de padecer afecciones víricas como la faringitis, bronquitis, enfísema, sinusitis y asma.