El yogur desnatado parece un alimento recomendable en una dieta orientada a la reducción de peso, pero nada más lejos de la realidad.
Ya hemos desvelado las diferencias que existe entre el yogur natural y el yogur griego. En esta ocasión, destapamos el falso mito que apunta a que el yogur desnatado es bajo en calorías cuando más bien es todo lo contrario.
La idea de que el yogur desnatado posee menos potencia calórica que el yogur normal es un mito de la alimentación bastante frecuente a día de hoy. De hecho, los amantes del yogur suelen recurrir a los desnatados como alternativa a los yogures tradicionales o a los yogures griegos para ingerir menos calorías y contribuir, así, a la pérdida de peso. Pues bien, esa fábula no es ni mucho menos la correcta y a continuación proporcionaremos las claves para que no incurras en este error.
El yogur desnatado posee más azúcar y materia calórica que un yogur normal
El yogur desnatado es el resultado de la supresión de la nata, la materia grasa de la leche, y su contenido calórico. Puede que el desnatado posea menos calorías que el normal, pero su alto contenido en azúcares y edulcorantes motiva que éste tenga más calorías que el yogur natural o el yogur griego.
Con el exceso en azúcares en cualquier alimento se producen algunas amenazas para nuestro organismo. Por tanto, el yogur desnatado, al contener una superabundancia de azúcar, puede provocar a cualquier persona que lo consuma picos glucémicos en sangre.
En cuanto a nutrientes, el yogur normal y el yogur desnatado poseen los mismos, excepto si nos referimos a la grasas, un apartado que el desnatado supera al normal, lo que, a su vez, deriva en el que el yogur desnatado sea un alimento más saciante. En efecto, la conjugación de la grasa natural de la leche (nata) y las proteínas que contiene la leche incrementa la carga saciante del propio producto en cuestión, una cuestión irrefutable si tu objetivo es adelgazar.
Asimismo, muchas personas que elijan el yogur desnatado por su condición errónea de que sea un alimento sin grasas, lo cierto es que para perder peso también es aconsejable consumir grasas, siempre y cuando esa materia grasa no esté saturada. A su vez, las grasas insaturadas son imprescindibles s denpara eliminar aquellas grasas que fomentan el aumento del peso y son perjudiciales para el organismo por el hecho de que puedan provocarnos determinados efectos nocivos, como el colesterol. De hecho, determinados estudios apuntan que los productos lácteos enteros no incrementa la grasa corporal, aunque también hay que tener en cuenta que los yogures naturales no quedan exentos de azúcares.