El eterno debate entre el pan blanco y el pan integral vuelve a escena: ¿realmente es mejor el último? Os contamos sus secretos
El pan blanco y el pan integral vuelven a ser protagonistas en nuestra dieta. Es evidente que nuestro cuerpo necesita los alimentos más sanos posibles, pero hay que hablar claro sobre algunos falsos mitos. Si nuestro organismo se beneficia de un determinado alimento, hay que acudir a él, pero hay casos y casos. Uno de ellos es el del pan integral, con el que se aprovechan muchas marcas para venderlo sin fabricar uno realmente sano para el metabolismo.
Lo más importante realmente es dar con algunos alimentos que sepamos que son sanos por su composición y no solo por su fama. Es cierto que el verdadero pan integral es más sano que el blanco, pero no todos los panes integrales son beneficioso ni mucho menos. Para conocerlo en profundidad, debemos tener en cuenta varios detalles como el salvado, el germen y el endospermo. Lo primero no es otra cosa que la capa externa. El germen son las capas en las que se encuentran los nutrientes, mientras que el endospermo es donde se concentra el almidón y la glucosa.
Esto es lo que hacen algunas marcas con el pan integral: ten mucho cuidado
Puede parecerlo, pero no lo es realmente. Muchas marcas conocidas intentan camuflar un tipo de pan distinto vistiéndolo de integral. De esta forma se aseguran que algunos consumidores acudan a su envase nada más ver que tiene la apariencia de un pan de cereales. Ten mucho cuidado porque te puede estar pasando a ti en los supermercados sin que te des cuenta.
Aquellas personas que están comenzando a cuidarse o una dieta, suelen acudir de primeras a un pan cuya apariencia exterior es de cereales. Por muy bonito y sano que parezca, muchos de esos panes tienen una mínima cantidad de cereales en su contenido, pero lo venden como pan integral sin problemas. Los expertos sí que coinciden en que si el pan integral es de mucha calidad es mejor que el blanco, pero si el pan que hacen pasar por integral no lo es, la mejor alternativa es el pan blanco. La clave para darnos cuenta es leer atentamente los detalles del envase, ahí nos daremos cuenta de si es un pan integral de calidad o no.
Si estás comenzado una dieta lo mejor que puedes hacer es asesorarte con un nutricionista para que te saque de toda duda. De esta forma, no caerás en la trampa del pan integral de baja calidad.