Si eres un amante del arroz cremoso este artículo te interesa. Si te encanta el risotto pero no logras que su textura quede perfecta, aquí tienes algunos trucos para conseguirlo.
El risotto es uno de los platos de la gastronomía italiana más conocidos y consumidos en todo el mundo. Esta deliciosa receta de arroz cremoso es versátil y muy abierto a la improvisación. Un aliado perfecto para comer o cenar, por su baja dificultad y porque no se necesitan muchos ingredientes para prepararlo. Lo que sí necesita, en cambio, es paciencia, destreza, mucha imaginación y los consejos que hoy os traemos para prepararlo.
Para preparar este manjar necesitas el ingrediente principal y estrella el arroz. Además de otros alimentos básicos como la cebolla, el ajo, el caldo de carne o pollo y el queso italiano curado. Además de mantequilla y un poco de imaginación para elegir el resto de ingredientes que quieres que protagonicen tu plato: marisco, pescado, carne, verduras… Cualquiera de ellos harán que tu risotto quede perfecto.
A pesar de que el risotto es una receta muy sencilla de preparar, requiere tiempo y paciencia. Esto es lo que puede convertir un plato básico de arroz cremoso en un delicioso plato digno de la guía Michelín. Es importante hacerlo despacio y respetando cada paso del proceso de cocción. ¡Toma nota de las siguientes recomendaciones y comprueba por ti mismo que el secreto para un risotto perfecto es también la práctica!
Siguiendo los consejos de la web de Brillante, lo primero que tenemos que preparar es el sofrito, la base principal de este riquísimo plato. Para ello añadimos aceite de oliva hasta cubrir el fondo de la cacerola y después las verduras. Lo más común es utilizar cebolla, ajo y puerro, previamente picados. Después rehogamos las verduras a fuego bajo y, cuando estén doradas, echamos el arroz en la cazuela para tostarlo.
Tostar el arroz es la clave para lograr la textura cremosa que característica al risotto. Para ello, subimos el nivel del fuego a uno medio/alto y sofreímos el arroz entre 3 y 5 minutos aproximadamente, hasta que quede traslúcido. El caldo es otra de las claves de este plato italiano. Es cierto que podemos utilizar cualquier tipo de caldo, pollo, pescado, verduras… Lo que si es importante es que sea casero, no lleva mucho tiempo y la diferencia en el resultado final será notable.
Una vez preparado nuestro caldo casero debemos añadirlo a la cazuela con el resto de los ingredientes preparados. El truco para lograr la consistencia deseada es verter lentamente el caldo, previamente calentado, y remover el arroz con movimientos envolventes. De esta forma conseguiremos la cremosidad que buscamos. Por último, retiramos la cacerola o sartén del fuego y mantecamos nuestra preparación. Para ello echamos una cuchara sopera de mantequilla y queso parmesano rallado en la cacerola y removemos poco a poco hasta que quede totalmente disuelto. Así conseguirás una textura consistente, cremosa y deliciosa.
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