Incorpora este ejercicio a tu rutina si vives en un piso y sigues una dieta de pérdida de peso
Siempre lo hemos dicho en los artículos relacionados con la salud física. Ciñéndonos tan solo a la teoría, adelgazar es muy sencillo: basta con practicar ejercicio de forma regular para acelerar el metabolismo y la consiguiente quema de calorías y grasa y acompañar dicha actividad de una dieta variada y equilibrada que nos permita estar en una situación de déficit calórico, es decir, quemar más calorías de las que ingerimos.
Sobre el papel y desde una oficina es muy fácil dictar sentencias. Pero los hay que no pueden permitirse pagar la matrícula de un gimnasio o bien su tiempo libre es tan limitado que no pueden destinar dos horas a realizar ejercicios de fuerza. Si te encuentras en uno de esos casos, desde dieta.com te ofrecemos una solución.
El único requisito que hay que cumplir es vivir en un bloque de pisos. Suena raro, ¿verdad? Una vez cumplas este ítem, asegúrate de calzarte unas buenas deportivas, que tengan la suela almohadillada y, sobre todo, que no sean resbaladizas. Después, dirígete al piso más alto y comienza a bajar las escaleras hasta el bajo. Una vez termines, da media vuelta e inicia el ascenso hasta el último piso. Cuando termines, repite la operación unas cuantas veces hasta que te encuentres fatigado.
Aunque los vecinos te miren desconcertados, lo cierto es que subir y bajar escaleras tiene grandes beneficios para la salud. Es un fantástico ejercicio cardiovascular que aumenta el metabolismo y la frecuencia cardíaca, por lo que si se practica con frecuencia puede ayudar a prevenir afecciones del corazón como la trombosis.
Además, de cara a la ganancia de masa muscular, los reiterados ascensos y descensos terminarán fortaleciendo, a largo plazo, nuestro tren inferior, en especial los muslos y los glúteos, junto con muchas ventajas para la salud mental como la liberación de serotonina que aumenta nuestro bienestar y la reducción de los niveles de cortisol, causantes del estrés.
Las excepciones
Sin embargo, deberían abstenerse de realizar este tipo de ejercicio aquellas personas con lesiones óseas como la artrosis o la artritis. Hay que tener en cuenta que el impacto sobre las articulaciones es bastante intenso y no apto para personas que se encuentren recuperándose de alguna dolencia o molestia.
Dado el gran aumento de la frecuencia cardíaca, tampoco es recomendable para aquellos con problemas coronarios o respiratorios crónicos como el asma. Y, por supuesto, las embarazadas deben extremar la precaución, principalmente si se hallan en el último trimestre de gestación.