Caminar una hora al día es uno de los ejercicios más saludables que existen. Te contamos por qué
Caminar es uno de los ejercicios más infravalorados de todos cuantos existen. Cuando pensamos en la palabra ejercicio lo primero que suele acudir a nuestra cabeza es la imagen de un tipo haciendo flexiones a toda velocidad o levantando a duras penas unas voluminosas pesas.
Si, además, a la palabra ejercicio le añadimos el calificativo de cardio, son otras imágenes las que concebimos, pero no muy distintas de las arriba mencionadas. Tal vez pensemos en una cinta de correr, en una bieleta estática o en una persona confundida en una multitud que lucha por llega a la meta de una carrera solidaria. El caso es que pocas o ninguna vez se nos ocurre pensar en caminar.
Pues, contrariamente a la creencia popular, caminar puede ser un ejercicio extremadamente beneficioso para la salud. Y lo mejor de todo es que para realizarlo tan solo debemos agenciarnos unas deportivas cómodas, que se amolden a nuestros pies sin que sintamos demasiada fricción. Después podemos optar por llevar unos auriculares para sumirnos en una suerte de trance o simplemente en aprovechar para divagar sobre aquellos problemas que nos atenazan.
Si es así, está científicamente demostrado que caminar aumenta la producción de serotonina en el cerebro a cambio de una reducción en los niveles de cortisol, el responsable de la generación del estrés y, en el peor de los casos, de la ansiedad o la depresión. Por tanto, a largo plazo, si incorporamos este hábito a nuestra rutina diaria, nos sentiremos mucho menos cargados e incluso seremos capaces de analizar las cosas desde otro enfoque en el que, desde el calor de nuestra caso, nunca habríamos reparado.
La salud física
Por supuesto, caminar una hora diaria también tiene sabidos beneficios en la salud física. Es un fantástico ejercicio cardiovascular que acelera la quema de grasa y calorías y que proporciona al término del día una sensación de cansancio que nos permitía conciliar el sueño con facilidad.
El principal beneficio en el rendimiento físico es que, a largo plazo, nuestro cuerpo tolerará mejor el cansancio y se acostumbrará al esfuerzo en cualquier ámbito, por lo que en general irradiaremos más energía y nos sentiremos mejor con nuestros seres queridos. La rutina debe adoptarse paulatinamente y se debe ir aumentado el ritmo de manera progresiva, dando zancadas más largas pero sin llegar a correr o trotar.