Llevar una dieta sana y equilibrada a veces resulta difícil, sobre todo si no te gustan las verduras. Afortunadamente hay formas de educar nuestro paladar.
Comer entre tres y cinco veces al día de forma saludable no es tan sencillo para algunas personas como para otras. Especialmente porque algunos de los alimentos más sanos suelen ser los que menos gustan, como en el caso de las verduras. Los expertos recomiendan que las verduras ocupen la mitad del plato y que nos acompañen en cada comida. Pero de las cinco porciones diarias que recomiendan solemos comer una media de tres, o incluso menos. Afortunadamente existe formas de enseñar al paladar de un adulto a que le gusten más las verduras, o al menos a que las tolere mejor.
Cynthia Stadd, experta en nutrición, asegura en el periódico ‘HuffPost’ que es posible educar el paladar de una persona para conseguir una mayor tolerancia a las verduras. Solo es cuestión de «fuerza de voluntad», positividad y de probar nuevas formas de consumir estos alimentos para «engañar al cerebro».
Cómo puede el cerebro adaptarse a comer más verduras
Según investigaciones recientes, las personas son mucho más tolerantes a comer verduras si se les describe de una forma más «estimulante», sin hablar de sus beneficios para la salud. En uno de los estudios realizados se puso aprueba a los participantes con unas judías verdes. Cuando éstas eran descritas de una forma mucho más atractivas eran un 25% más elegidas que las otras definidas como saludables.
Por otro lado según el método de «aprendizaje asociativo sabor-nutriente» que explican los estudios, si tu cuerpo se siente mejor después de comer verduras generalmente desea comer más. Esta forma de aprendizaje es muy utilizada para que las personas toleren mejor estos alimentos y los conciban de forma positiva.
Jill Patterson, dietista y nutricionista, aconseja probar y comer muchos tipos de verdura y de forma distinta. Probándolas en recetas algo más originales y creativas. De esta forma encontraremos el estado en el que más nos gusten, cocinadas, crudas, o en algunos platos. Dice Patterson «encuentra lo que más te guste y sigue incorporando novedades a tu menú».
Dichas investigaciones también demuestran que cuantas más verduras incorporemos a nuestra dieta y más expuestos estemos a esto alimentos, mayor predisposición tendremos hacia ellas.
Los estudios e investigaciones aseguran también que cuantas más verduras comamos más tolerantes seremos a ellas y más ganas nos entraran de consumirlas. Además es importante trasmitir esto valores a los hijos para que también sean más abiertos a la hora de consumirlas. En este caso probar a cocinarlas e incorporarla a los platos de distintas formas ayudará a aumentar el deseo de los niños por tomarlas, pues lo verán como un juego o premio, y no como una obligación. Por último, comer más frutas y verduras y menos procesados y alimentos insanos, ayuda tanto a adultos como a niños.
