Las frutas son uno de los alimentos que con más frecuencias causan reacciones alérgicas. Estas dos son las más peligrosas
Las frutas son uno de los alimentos más consumidos por la mayoría de la sociedad. Una pieza de fruta no requiere de preparación en la cocina, sino que basta en muchos casos con que se corte o con que se pele para que sea disfrutada por completo. Es así como muchos de nosotros descubrimos que somos alérgicos a algunas frutas que no conocíamos o incluso que empezamos a desarrollar síntomas con aquellas que llevan años en nuestra dieta.
Dos de las más peligrosas son el kiwi y el melocotón. Ambas pertenecen al subgrupo de las frutas rosáceas o con hueso y, según los expertos en medicina, constituyen la familia más alérgena. es una proteína de peso molecular que afecta especialmente a los niños. Esto se debe a que tiene repercusiones sobre el sistema inmunológico, que aún no está completamente desarrollado en lo más pequeños de la casa.
Los síntomas que puede provocar su ingesta en las personas alérgicas varían entre hinchazón de garganta, reacciones cutáneas como la dermatitis, la urticaria o los sarpullidos repentinos y, el más peligrosos de todos, el shock anafiláctico. En términos llanos, un shock anafiláctico constituye la reacción más grave que el cuerpo puede experimentar como respuesta a un agente alérgeno. El responsable de esta reacción es el sistema inmune y, durante el tiempo que dura el proceso, se produce una paralización de las facultades habituales y, si no se trata lo antes posible, puede llegar a causar la muerte del paciente.
La falsa creencia
El caso concreto del kiwi encierra una creencia popular que, como ocurre en muchas ocasiones en lo referente a la medicina, ha resultado ser falsa. Buena parte de la sociedad sostiene que el principal motivo de que el kiwi cause tantas reacciones alérgicas se debe a los pelos que surgen de la piel de la fruta y, por tanto, sugieren que la forma más sencilla de evitar la alergia pasa por desembarazarse de la piel, pelando el kiwi con un cuchillo.
En efecto, el alérgeno del kiwi se encuentra, como hemos visto, en su composición, y no en su superficie. En cualquier caso, si alguien experimenta síntomas ha de acudir lo antes posible a un profesional y realizarse unos análisis de sangre para detectar el causante de la reacción.