Elimina los molestos avisperos de tu tejado o de cualquier otra parte de tu casa siguiendo estos sencillos y rápidos pasos
Seguro que has vivido esta experiencia al menos una vez y seguramente la hayas revivido en múltiples ocasiones si tienes una vivienda en el campo, relativamente apartada de la ciudad, en la que proliferan más insectos de lo normal. Quizás hayas abierto el tragaluz de tu buhardilla a primera hora de la mañana, has asomado la cabeza para llenar tus pulmones de aire fresco y has descubierto que, pegado al cristal, en una esquina de la ventana, descansa un avispero del tamaño de un puño.
Si bien es cierto que las avispas pueden ser insectos beneficiosos para el cuidado del jardín porque se alimentan de otros insectos más pequeños, es bien sabido que también pueden ser extremadamente perjudiciales para nosotros. Un mordisco de una avispa es doloroso y en algunos casos no solo genera hinchazón en la zona afectada, sino una potente reacción alérgica.
La primera solución es sin duda la más violenta y pasa por prenderle fuego a la morada de estos insectos con la ayuda de un soplete. SI no disponemos de él, un mechero puede hacer el trabajo, pero solo si extremamos la precaución. En cualquier caso, si decidimos recurrir al elemento calor, este debe aplicarse a primera hora de la mañana, cuando las avispas están menos activas.
Si no somos amigos de las llamas o bien nos producen cierto recelo, podemos recurrir a otro de los cinco elementos :el agua. Si vivimos en un chalé, lo tenemos fácil. Basta con dirigir el cañón de la manguera al avispero y disparar un chorro a presión. Se recomienda repetir el procedimiento varias veces hasta cerciorarnos de que podemos retirarlo sin temor a que una avispa renqueante lo abandone y nos muerda.
Humo e insecticidas
Las últimas soluciones también son bastante sencillas de ejecutar. La primera pasa por hacerles creer que algo se está quemando a su alrededor. Esto se puede lograr prendiendo fuego a una bola de papel, por ejemplo. El humo hará que se disparen las alarmas en el avispero y que los insectos huyan lo más rápido posible. Sin embargo, solo se trata de una medida disuasoria que no impide que regresen.
Finalmente, el último medio es uno de los más socorridos. Se trata de rociarlas con algún tipo de aerosol o insecticida especializado en su erradicación. La única precaución es que su uso debe realizarse en un día con poco viento para evitar una inhalación accidental de los químicos que contiene.