La respiración es un paso fundamental entre aquellos que acostumbran a practicar deporte. Te contamos su importancia
Respirar es un requisito indispensable para la vida, pero también para el deporte. Si realizas ejercicio físico de manera esporádica probablemente ni siquiera te hayas parado a pensar en esta cuestión, pero los atletas experimentados te dirán que la respiración no solo es digna de ser tenida en cuenta, sino que constituye uno de los pilares del rendimiento pleno a la hora de hacer deporte.
El hecho de que releguemos la respiración a un segundo plano se debe a que tenemos la concepción errónea de que respirar tan solo está relacionado con el aparato que lleva su nombre y que solo incide sobre los pulmones y el resto de elementos que los rodeas. Los expertos aseguran que no es así, sino que, en la práctica deportiva, respirar equivale a utilizar una proporción del oxígeno que está en el aire para transferirla a los músculos y activar el metabolismo que nos permitirá rendir más y quemar más calorías y grasa.
Sin embargo, existen varias formas de hacerlo correctamente. La primera es la respiración torácica, la que se realiza albergando todo el aire en el pecho. Si estamos realizando una actividad de baja intensidad, entonces deberíamos expulsar el aire por la nariz. Si es de alta intensidad, lo exhalaremos por la boca. Para estos últimos casos, se recomienda la respiración diafragmática, consistente en tratar de llevar el aire desde el pecho hasta la parte superior del vientre y expulsarlo desde allí.
Esta es una técnica procedente del ámbito del arte dramático y, una vez perfeccionada, permite aumentar sensiblemente la capacidad pulmonar, lo que puede ser muy útil a la hora de realizar ejercicios cardiovasculares, como correr, la bicicleta estática o incluso la natación.
El «dolor de caballo»
El «dolor de caballo» o flato es esa punzada de dolor agudo que afecta al bazo o a la zona abdominal oblicua y que suele ser causada durante el ejercicio. Existe una creencia popular que arguye que es provocada por respirar siempre por la boca, pero los expertos aseveran que no tendría por qué estar relacionado en absoluto.
El flato puede ser provocado por un cambio brusco e temperaturas durante la práctica deportiva, por no haber desayunado antes de hacer deporte, por haber empezado a hacer ejercicio después de mucho tiempo de rutina sedentaria y por muchos otros factores que nada tienen que ver con una respiración deficiente.