Reducir el exceso de sal en nuestras comidas no implica tener que comer soso. Existen alternativas mucho más saludables y beneficiosas para sazonar nuestro platos.
Dice el refrán «manjar sin sal, sabe mal y hace mal», una frase que los españoles tenemos grabada a fuego. Y es que según la Fundación Española del Corazón, ingerimos una media de 9,8 gr. de sal al día, a pesar de que lo recomendado por las OMS (Organización Mundial de la Salud) son solo 2 gr. diarios. La mayoría de esa cantidad procede de los alimentos y productos procesados y ultraprocesados. Unas cantidades muy difíciles de controlar en nuestro consumo.
Pero por mucho que el refrán lo diga, el manjar no tiene que saber mal por no llevar sal. Ya que existen alternativas para dar sabor a nuestros platos de forma mucho más saludable. Un chorrito de limón o alguna vinagreta casera, pueden añadir un toque delicioso a nuestras comidas, mientras cuidamos de nuestra salud.
Cómo aderezar tus platos sin sal y con mucho sabor
Y, ¿por qué insistimos tanto en disminuir el consumo de sal? Pues porque una dieta baja en sal es mucho más beneficiosa para nuestra salud. Pues evitamos enfermedades del corazón, cuidamos la salud de nuestro riñones, evitamos retener líquidos y mejoramos nuestra circulación. Además, consumir los alimentos de forma natural también tiene múltiples beneficios para nuestro cuerpo. Fortalece el sistema inmune, aporta vitaminas y minerales y aporta mucha energía, ya que contienen diferentes cantidades de carbohidratos, proteínas e incluso grasas saludables.
La primera alternativa para sazonar nuestros platos puede ser la salsa de albahaca y frutos secos. Esta gran combinación dará un sabor muy especial a tus comidas, especialmente si la añades en ensaladas, pastas y pescados. Prepararla es muy sencillo, solo necesitas triturar unas hojas de albahaca, un puñado de tus frutos secos favoritos (almendras, piñones, anacardos) y una cucharada de aove (aceite de oliva virgen extra).
Unas gotas de limón nunca fallan en un buen filete de bacalao o merluza. Esta alternativa es una de las más recomendables, pues no solo reduces el consumo de sal sino que le aportas a tus platos una buena dosis de vitamina C, ideal para proteger nuestro sistema inmunológico.
Por último, una vinagreta de naranja no necesita ni una pizca de sal y aporta un sabor delicioso a nuestras ensaladas. Elaborarla es muy fácil. Solo tienes que mezclas zumo de naranja, limón, un poco de miel, vinagre de vino y aove.
