¿Quieres reducir tu consumo de carne pero no sabes cómo? Te damos algunos tips para conseguirlo de forma segura y sin perder nutrientes.
Los seres humanos somos carnívoros por naturaleza. Nos gusta la carne y no podemos negarlo, las cifras lo confirman. Solo en España, consumimos una media de 46 kilos por persona, según el Informe de Consumo Alimentario en España. Pero por mucho que nos guste esta proteína animal, todas las autoridades sanitarias del mundo están de acuerdo: es necesario reducir su consumo. No solo por el planeta sino también por nuestra propia salud.
En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una advertencia a nivel mundial sobre los peligros de abusar del consumo de carnes rojas y procesadas. En el informe calificaban a estos alimentos como posibles «cancerígenos«. Años más tarde son muchos los estudios que siguen recomendando moderar la ingesta de este tipo de proteína animal. Comer menos carne tiene múltiples beneficios. Por un lado ayuda a mejorar la digestión, permite dar descanso a nuestro órganos, disminuye el nivel de toxinas y, además, contribuye a una mejora del medioambiente.
Cómo reducir el consumo de carne sin perder nutrientes
Tal y como hemos comentado antes no se trata de dejar de comer carne por completo, pues contiene algunos nutrientes muy necesarios para el ser humano. El objetivo es consumirla menos ayudándonos de otros alimentos que también nos proporcionan esa proteína que nuestro cuerpo necesita. Por suerte tenemos muchos de esos alimentos como las legumbres, los frutos secos, los lácteos y los huevos.
Lo más importante para comenzar nuestro objetivo es hacerlo progresivamente y planificando un menú semanal. Un menú que incluya: vegetales, frutas, proteínas, hidratos de carbono y grasas saludables. De esta forma tendremos cubierto todo nutrientes necesarios. Por otro lado, comienza reduciendo tu consumo de embutidos y aumenta el de legumbres y verduras, contienen mucha fibra y son muy saciantes, lo que evitará que caigas en la tentación.
Las legumbres más adecuadas para incluir en estos casos en tus platos son: lentejas, garbanzos, guisantes y la soja. Pues son de absorción lenta, lo que hace que nos sintamos más saciados, y además poseen múltiples vitaminas y minerales.
Por otro lado los frutos secos y las semillas también son muy importantes para alcanzar nuestro objetivo de comer menos carne. También aportan una gran fuente de proteína, minerales y grasas saludables. No obstante, mide bien las proporciones, pues tienen un alto componente calórico. Lo recomendable es consumir un puñado al día, unos 30 gramos diarios.
Los huevos y los lácteos también son alimentos que nos pueden aportar grandes cantidades de proteína y además de calidad. Por último, cuando en tu menú toque comer carne intenta elegir las carnes blancas y magras, y siempre raciones moderadas, del tamaño de una palma más o menos.