Los frutos secos más consumidos y amados durante el otoño son sin duda las castañas. Pero paradójicamente también son los más beneficiosos.
Sin duda el olor que anuncia cada año la llegada del otoño es el de las castañas. Este delicioso frutos seco es propio de las estaciones más frías y lluviosas, y uno de los alimentos que más nostalgia nos producen a los que nos hemos criado aspirando su olor por las calles de nuestra ciudad. Seguro que recordarás ir disfrazado en Halloween y encontrar los famosos puestos de castaña en los lugares más transitados. Sin embargo, en los últimos años han perdido popularidad a pesar de ser grandes aliados para nuestra salud.
Las castañas son un fruto seco muy particular en comparación con el resto de su familia y por sus valores nutricionales son mucho más similares a los cereales. Sin embargo, contienen un porcentaje mucho más bajo en grasas que los cereales y también un valor energético menor al resto de frutos secos. No obstante, destacan por contener un alto aporte de carbohidratos y fibra, además de increíbles beneficios para nuestra salud. Veamos cuáles.
Estos son los beneficios que dice la ciencia de comer castañas
La principal diferencia de las castañas con el resto de frutos secos es su composición. La mayoría contienen una baja proporción de agua, lo que eleva su contenido en grasas. Sin embargo, nuestro fruto otoñal es todo lo contrario, ya que posee alrededor de un 50% de líquido, lo que disminuye su nivel calórico. Es más, según la Fundación Española de Nutrición, 100 gramos de castañas contienen a penas 209 kcal, frente a las 654 kcal de las nueces.
Destacan por su alto contenido en vitaminas, especialmente las del grupo B, y minerales como el potasio, por lo que garantizan el correcto funcionamiento del corazón y los riñones. También son una fuente de fósforo, un mineral imprescindible para que el cuerpo produzca energía. Además es uno de los frutos secos que más fibra posee, lo que significa que favorece el tránsito intestinal y evitan el estreñimiento.
Por otro lado, este fruto seco puede ser nuestro mejor aliado para bajar de peso durante las estaciones más frías. Las castañas pueden ayudarnos a combatir las grandes tentaciones que suponen los dulces de esta época. Apenas contienen azúcares y son muy saciantes, un puñado de castañas asadas puede cargarnos de energía y alejarnos de otro tipo de alimentos menos saludables y muy apetecibles en estos meses.
Es cierto que puede ser un alimento muy versátil a la hora de consumirlo, todo dependerá de nuestras dotes culinarias y nuestra creatividad. No obstante, la forma más popular de consumirlas es asadas, ya que estos frutos secos poseen un alto contenido en taninos, un compuesto fenólico que se encuentra en los tejidos que rodean su carne, y que al consumirlo crudo produce una sensación de dureza en nuestra lengua. Todo lo contrario que al cocinarlas o darles un golpe de fuego.