La dieta keto puede ser una herramienta muy útil en la nutrición, sin embargo, es necesario seguir las pautas de los expertos
La dieta cetogénica, o keto, ha aparecido como una de las tendencias más populares para perder peso de los últimos años.
Como con cualquier enfoque dietético, su éxito depende de una implementación precisa y pautada. Los expertos en nutrición avisan de los errores más comunes que, con frecuencia, se cometen al seguir esta dieta. La dieta keto, en tiempos recientes, ha evolucionado de ser una dieta poco conocida a convertirse en una solución de moda para la pérdida de peso. Su distinción radica en la fuerte limitación de carbohidratos, con un enfoque en el consumo de grasas saludables.
Esta dieta busca inducir un estado de cetosis, en el que el cuerpo quema grasas en lugar de carbohidratos para obtener energía. Se caracteriza por la distribución de macronutrientes, donde aproximadamente el 70% de la ingesta proviene de grasas, el 20% de proteínas y el 10% de carbohidratos.
No obstante, la dieta cetogénica conlleva una serie de normas y restricciones que deben entenderse correctamente para lograr los resultados deseados. En ocasiones, a pesar de los esfuerzos, los resultados no cumplen las expectativas, lo que puede llevar a la desmotivación y a un posible y eventual abandono del plan elegido.
Distintos errores habituales
Un error común es el consumo excesivo de proteínas animales en lugar de aumentar el consumo de grasas saludables, como aguacates, frutos secos, aceite de oliva y huevos.
La creencia errónea de que una dieta keto significa consumir grandes cantidades de proteínas puede alejarnos de los resultados deseados.
La percepción de que la dieta keto permite el consumo ilimitado de grasas puede llevar a la elección de grasas saturadas poco saludables, como las presentes en embutidos y productos procesados. Esto contradice el principio fundamental de priorizar las grasas saludables. Por otro lado, la omisión de verduras, ricas en fibra y nutrientes, es otro error común. Las verduras de bajo contenido en carbohidratos, como espinacas, calabacines y pepinos, son cruciales para mantener el equilibrio intestinal y contrarrestar uno de los problemas típicos de la dieta keto.
Las frutas con bajo contenido de carbohidratos, como fresas, frambuesas, moras y arándanos, aportan fibra y nutrientes esenciales. Excluir todas las frutas, incluso aquellas que encajan en la dieta keto, es un error común.
Mantener un equilibrio calórico adecuado es esencial, incluso en una dieta keto. Así, un exceso de calorías, incluso a partir de fuentes de alimentos permitidos, puede frenar el progreso. Buscar versiones «keto» de productos tradicionales, como crepes o galletas, puede resultar en un consumo excesivo de calorías. Estas alternativas suelen ser densas en calorías debido al uso de harina de almendra, lo que las convierte en opciones viables solo de forma ocasional.
