Tragarse una mosca podría llegar a tener consecuencias indeseables. Te contamos hasta qué punto es peligroso este accidente
Es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez. En verano, cuando estos pequeños artrópodos zumban en nuestros oídos con sus tonos plañideros antes de posarse sobre nuestra comida, es muy posible que nos hayamos preguntado qué ocurriría si, en uno de esos aspavientos que realizamos para espantarlos, uno de ellos se adentre por nuestra boca como un espeleólogo Todos conocemos a alguien a quien le ha ocurrido o incluso puede que nosotros mismos lo hayamos vivo en nuestras propias carnes. Pero, ¿cómo puede afectarnos?
En primer lugar, es necesario desmentir la creencia popular de que los insectos contaminan los alimentos con tan solo posarse sobre ellos. Esta afirmación tan solo es cierta en el caso de las bacterias, que pueden convertir en incomestible un alimento solo entrando en contacto con él. Aunque las moscas se alimenten habitualmente de heces y alimentos en mal estado, su invasión a nuestro plato no es motivo suficiente para que lo echemos a la basura.
Esto se deba que las moscas no mordisquean aquello que comen sino que para procesarlo primero deben regurgitar parte de su saliva sobre el alimento para que su organismo pueda procesarlo adecuadamente. Este es un proceso muy lento y para que se lleve a cabo la mosca debe permanecer en el plato durante largo rato. Es posible que antes de que se anime a realizarlo ya nos hayamos percatado de su presencia y hayamos tratado de espantarla.
Salvando esta rara excepción, el hecho de que una mosca se pose sobre los alimentos no debería entrañar peligro alguno. Otra cosa distinta es que se trate de comida cruda. Por lo general las moscas proliferan allí donde anidan las bacterias, por lo que si esa pieza de ternera que adquirimos por la mañana en la charcutería estás siendo asediada por moscas, lo mejor que podemos hacer es desecharla lo antes posible.
Las vías de entrada
La mosca puede acceder a nuestro interior por dos vías de entrada distintas. La primera es el esófago y también la más común, pues la capa de mucosa que lo recubre es muy fina y fácil de atravesar. La mosca puede recorrer el conducto y desembocar en el estómago. Si es así, será procesada junto al resto del bolo alimenticio y no representará riesgo alguno para nuestra salud.
Si, por el contrario, el insecto ingresara en la tráquea, el peligro sería real y muy severo, pues los pulmones, expuestos, no tendrían forma de expulsarla. Por fortuna, la entrada al sistema respiratorio está cubierta con una sólida capa de mucosa que impide la entrada de visitantes no autorizados.
