El cine es mucho más útil de lo que creemos, no solo para nuestro nivel cultural, también para nuestra salud mental
A la mayoría de nosotros nos encanta el cine. Y estos e debe a la necesidad primaria que siempre ha tenido el ser humando de que le cuenten historias. Si eres de esos a los que les cuesta zambullirse en las páginas de un libro o tu imaginación es demasiado hermética para que aquello que lees se proyecte directamente en tu cabeza, el cine es capaz de proyectarlo por ti.
Desde siempre ha sido uno de los modos más habituales de asimilar una nueva historia. De entre todos estos modos es, tal vez, el más visual y, por tanto, también el que requiere de un menor esfuerzo creativo y de imaginación. El cine está tan extendido en la cultura popular desde su surgimiento que acostumbrarte a ver un par de películas a la semana no solo va a aumentar tu nivel cultural, sino que también puede tener repercusiones directas sobre la salud mental.
El primero y más evidente beneficio es la reducción de los niveles de cortisol, la hormona que genera el estrés. Pero, para ello, es muy recomendable que silencies tu teléfono móvil que lo guardes en un cajón o lo dejes en un lugar inaccesible en el que no puedas dirigirle miradas furtivas. Al fin y al cabo, el móvil es uno de los estímulos distractores más fuertes, por lo que si lo mantenemos alejado mientras vemos la película, la desconexión será realmente efectiva.
El segundo punto tiene que ver con la empatía. Un buen guion suele traer consigo personajes muy bien construidos y muy humanos. Cuanto más creíbles resulten, más empatía lograrán generar en el espectador e incluso le harán proceder de una determinada manera cuando se encuentre en situaciones similares. Además, en general, un buen guion puede ayudar a afrontar los problemas de la vida con real con la cabeza más fría y de un modo más analítico.
Concentración y catarsis
El cine nos permite mejorar nuestras habilidades de concentración. Esto se debe a que el cine contiene estímulos tanto visuales como auditivos, por lo que al menos dos de nuestros deben mantenerse alerta. Además, su componente narrativo nos obliga a prestar atención a aquello que vemos con objeto de comentarlo a posteriori con otras personas.
Finalmente, el cine es un gran ejercicio de catarsis, es decir, de purificación de las pasiones que se produce cuando se descargan todas las energías. El cine suele ser una montaña rusa en lo que a emociones se refiere y el espectador puede sentir desde ira y odio hasta ternura, angustia y temor.