Trabajar de pie es una práctica extendida desde el final del confinamiento. Te contamos sus beneficios
Seguro que alguna vez te ha pasado. Has invertido toda la mañana en casa, respondiendo correos, redactando informes, atendiendo llamadas o incluso estudiando para el último examen. Y tu única compañía han sido esas cuatro paredes blancas y desnudas en las que, al final del día, te has acabas sintiendo atrapado.
Los expertos aseguran que esta sensación tiene mucho que ver con permanecer sentado. Es bien sabido que la vida sedentaria es, a medio y largo plazo, muy perjudicial para nuestra salud, tanto física como mental. Por ello, la medicina recomienda trabajar de pie. Estos son sus principales beneficios.
En primer lugar, las ventajas más elementales son las que afectan directamente al bienestar físico. Por ejemplo, permanecer sentado durante mucho tiempo provoca que nos acabemos inclinando y, por tanto, que las lumbares se arqueen de forma antinatural, generando molestias pasado cierto tiempo y hernias discales a largo plazo.
A corto plazo, por el contrario, se pueden evitar dolores corporales. Al estar erguidos, el peso de nuestro cuerpo se reparte a todos los costados, lo que evitará que al final del día tengamos molestias en el cuello por el exceso de tensión o en los codos por haber permanecido mucho tiempo con ellos apoyados sobre la mesa.
En consecuencia, si se aplica lo anterior, el gasto calórico aumentará. De hecho, los expertos en nutrición recomiendan compaginar los ratos muertos entre un tema y otro o esperando a recibir una llamada para realizar un puñado de flexiones antes de retomar la actividad. No solo disparará nuestra frecuencia cardiaca sino que nos ayudará a mantener la forma en los días más largos y ajetreados.
A largo plazo, trabajar de pie permite aumentar la productividad. El cuerpo asocia estar sentado a un estado de relajación en el que la concentración es más difícil. En cambio, estar de pie está vinculado a la actividad, al movimiento, por tanto desprenderemos más energía y seremos más productivos en nuestras tareas.
Salud mental
Trabajar de pie también tiene sólidos beneficios para la salud mental. La actividad y el movimiento reducen los niveles de cortisol del organismo, es decir, la hormona encargada de generar la ansiedad y la principal responsable de la aparición de trastornos mentales como la depresión.
Esto se debe a que al estar de pie aumenta nuestra sensación de productividad, lo que incrementa el cansancio físico al término del día y favorece el descanso, ayudándonos a conciliar el sueño con rapidez y a dormir profundamente.