No es una moda: usamos el huevo frito para presentar distintos platos. ¿Por qué combina tan bien con diversos alimentos?
Usamos un huevo frito para comer con carne de ternera o de cerdo, para acompañar un pollo, con patatas o hasta para hacer un bocadillo. No son pocos los que cocinan un huevo frito para adornar las tostadas o acompañar al pescado. Hasta se ven platos de huevo frito con legumbres o cereales. ¿Por qué nos gusta tanto? ¿Por qué lo usamos tanto?
Están las personas que desayunan un huevo frito, los famosos desayunos americanos, que son acompañados también por bacon (panceta) y tortitas, además de un buen café y un zumo de frutas. Están aquellos que prefieren el huevo frito para la hora de la comida y están los que se dan ese gusto en la cena. Es cierto que una docena de huevos en el supermercado no representa un gran gasto. Y es verdad que tampoco se tarda tanto en freír un huevo. Sin embargo, ¿por qué se da esta especie de fenómeno culinario?
El secreto del huevo frito
El gran secreto del huevo frito es que ya lleva una salsa incorporada, que es ni más ni menos que la propia yema. Eso hace la diferencia y eso hace que combine perfectamente con diferentes alimentos, muy distintos entre sí.
No son pocos los restaurantes alrededor del mundo que tienen en cuenta esta perfecta combinación: precio económico, rápida cocción y salsa incorporada. Entonces, por ejemplo, pueden preparar garbanzos con bacalao o lentejas con verduras, con frijoles salteados, y darle luego el toque final, el huevo frito por encima de todo.
Incluso puedes utilizar el huevo frito para que los chicos coman más verduras. Cualquier plato repleto de verduras, puede parecer “seco” para edades infantiles. Sin embargo, con apenas un huevo frito por arriba, con esa salsa de la yema condimentando el plato, lograrás atraer el apetito.
Como todo beneficio, también se debe mencionar el lado B de esta historia, la contracara. Sabemos que alimentarnos con mucho frito no hace tan bien para nuestro organismo. Y están también los que dirán que, a pesar de que el huevo no sea tan caro, el aceite sí que subió su precio en varias zonas del planeta. Sin embargo, el huevo “frito” se puede hacer sin aceite: basta con una sartén bien caliente y un poco de manteca derritiéndose para que no se pegue el huevo.