El hipo nos afecta a todos en nuestro día a día. Deshazte de él de forma definitiva con estos remedios que puedes practicar desde casa
El hipo es una de las reacciones involuntarias del cuerpo más habituales. Lo único que lo diferencias de las toses o los estornudos es que es incontrolable y, aunque divertido en ciertos contextos, puede resultar extremadamente molesto si surge en un momento inoportuno, quizá antes de entrar a una reunión o en medio de un examen importante.
El hipo es, en términos médicos, una contracción involuntaria del diafragma que provoca que la glotis o la parte superior de la tráquea se cierre, provocando como resultado el conocido «hip» que brota de nuestra garganta. En circunstancias normales no debería prolongarse más que unos pocos minutos, pero, si es así, aquí te dejamos unos cuantos remedios para subsanarlo.
El primero de ellos se basa en contener la respiración todo lo que nuestros pulmones nos permitan. De esta forma haremos trabajar al diafragma que deberá expandirse para recibir el aire que ha entrado por nuestras fosas nasales. Al soltarlo de golpe, el músculo debería relajarse, dejando atrás la contracción causante del hipo.
El segundo remedio pasa por tomar agua muy fría en pequeños sorbos por el mismo motivo por el que contenemos la respiración. El frío hace que la garganta se expanda y acaba con las contracciones, pero debemos extremar la precaución si arrastramos algún catarro. En cualquier caso, es necesario tener cuidado con los contrastes térmicos y no tomar una bebida caliente después de una muy fría.
Otro remedio que se puede aplicar es inflar algo, como una bolsa de papel o de cartón desechable o un globo. De esta manera, el diafragma se expandirá y se olvidará de las contracciones para poner toda la atención en la tarea de soplar con todas sus fuerzas. Se trata de uno de los remedios más efectivos, aunque, de nuevo, ninguno está probado por la ciencia.
Las causas
El hipo surge de manera natural y, aunque llevemos un cuidado a rajatabla de nuestra garganta y aparato fonador, es muy probable que aparezca sin que lo esperemos.
Sin embargo, para tratar de prevenir su aparición sí que se puede evitar situaciones de estrés intenso, excitación desmedida, comer con demasiada ansia y evitar los atracones de agua, así como cortar el consumo de alcohol y tacaco.