El colesterol alto puede derivar en patologías muy diversas y perjudiciales para la salud poniendo en riesgo la vida humana
El colesterol suele vincularse con patologías negativas y, a menudo, se asocia con una concepción negativa sin embargo esto no debería ser del todo así.
El colesterol es un compuesto natural que está presente en todas las células humanas.
Con un tacto similar a la cera, el colesterol interviene en muchos procesos positivos, tales como la formación de hormonas, de vitamina D o la digestión de los alimentos. El colesterol es producido por el hígado y sin él no se podrían desarrollar muchos de los procesos vitales fundamentales para la supervivencia del ser humano.
El problema del colesterol viene asociado a grandes niveles en el organismo. Cuando los niveles en sangre aumentan pueden darse malfunciones en el organismo muy serias. En este último caso se produce la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos. Para medir los niveles de colesterol, se utiliza su nivel de mg por cada decilitro en la sangre. Cuando este valor supera los 200 se recomienda tomar medidas urgentes y visitar a un médico.
Pasos para reducirlo
La dieta es uno de los factores principales que intervienen en el aumento de los niveles en sangre del colesterol.
Principalmente, el consumo de grasas animales es el principal responsable de los índices superiores a las tasas recomendadas. En esta situación, los médicos recomiendan reducir al máximo el consumo de embutidos o carnes rojas, potenciando como sustitutos a las grasas vegetales. La composición de estas últimas puede aportar omega-9 o ácidos grasos beneficiosos en la lucha contra el colesterol.
El consumo regular de pescados azules tiene, de la misma forma, un impacto positivo en la reducción de los niveles de colesterol. Sus componentes, como el omega-3, pueden reducir la inflamación intestinal y ayudan a estabilizar el colesterol a valores suficientes y necesarios para el desarrollo correcto de las funciones.
Así, para reducir el colesterol es necesario reducir la ingesta de grasas saturadas al máximo posible. Alimentos como las citadas carnes rojas, la casquería y vísceras, la mantequilla o los mariscos no son nada recomendables. La bollería industrial, de la misma forma, incluye altos contenidos de grasas saturadas y conservantes dañinos para el organismo. Eliminar al máximo posible este tipo de alimentos ayudará al organismo no solo en aspectos vinculados con el colesterol, sino en estabilizar los azúcares y otros valores nutricionales fundamentales.