Esta fruta tropical puede tener efectos muy positivos en la dieta y ser una fuente de vitaminas y enzimas beneficiosas
La fruta es una de las claves de cualquier dieta. Todos los nutricionistas acuerdan que debe estar presente de manera habitual a lo largo de toda la vida y debe ser la base de nuestra alimentación.
Por ello mismo, la fruta se encuentra presente en el intermedio de la pirámide nutricional, estando recomendada en torno a 3-4 veces al día. Incorporarlas en postres y meriendas puede resultar en un gran cambio en la calidad de vida.
La piña es una de las frutas más conocidas en la actualidad. Su componente tropical y sabor intenso y refrescante la han convertido en la fruta de moda. Además, gracias a las avanzadas técnicas de cultivo y conserva, se puede disfrutar de esta peculiar fruta en cualquier momento del año, así como en cualquier formato o tipo de plato.
Una característica de la piña es su excelente calidad nutricional. Cada pieza de fruta supone una fuente de vitaminas y minerales inmejorable y, además, contiene la enzima bromelina muy recomendada por los nutricionistas.
Uno de los efectos positivos de la piña es su influencia en el tránsito intestinal. Según señalan los diferentes estudios, la piña puede resultar muy beneficiosa en la digestión por su alta cantidad de fibra. Además, la enzima bromelina ayuda a descomponer las proteínas de forma efectiva, acelerando el proceso de absorción y mejorando el proceso digestivo.
Alta cantidad de vitaminas
La piña destaca por su presencia de vitamina C. Sus consumidores ven su sistema inmunológico fortalecido y, tendrán menor riesgo de enfermar.
Así, la vitamina C interviene en procesos como la prevención de infecciones o la reducción de la duración y gravedad de los resfriados.
Por último, la enzima bromelina presente en la piña puede ayudar a reducir la inflamación intestinal. La inflacmación intestinal supone uno de los mayor problemas digestivos de los pacientes y, en su condición crónica puede derivar en patologías como enfermedades cardíacas, diabetes y artritis. Así, el consumo habitual de piña ayuda a prevenir estas enfermedades y a ayudar a mantener un organismo fuerte y protegido.
Afortunadamente, incorporar la piña a la dieta diaria no supondrá un gran esfuerzo. Su potente sabor, así como su versatilidad en la cocina ayudarán a cualquiera que quiera aumentar su ingesta. Existen multitud de recetas que combinan la piña con otros alimentos para elaborar platos ricos y muy nutritivos.