El frío no es excusa para dejar de correr. Te contamos qué prendas debes llevar y cómo dosificarlas para no alterar tu rutina
Llega diciembre y deja consigo una buena dosis de bajas temperaturas. Se acabó lo de despertarse a primera hora de la mañana para recibir los primeros rayos de sol mientras haces tu rutina de cardio. Ahora toca mover la ropa de manga corta y las chaquetas finas al fondo del armario y pensar en una alternativa para no pescar una buena hipotermia en los meses más fríos del año.
Y es que todos sabemos abrigarnos cuando llega el momento. Basta con que nos embutamos en varias capas de abrigo y salgamos a la calle. Si nuestros pronósticos sobre la temperatura y la sensación térmica son correctos, nos mantendremos como hemos salido y, si no lo son, basta con desembarazarse de una de las capas para no sudar. Sin embargo, esto es distinto a la hora de practicar ejercicio físico, pues la sudoración en un ambiente frío puede ser letal. Si el sudor frío se seca en nuestra piel podemos sufrir dolores musculares agudos o afecciones serias del aparto circulatorio como una neumonía.
Por ello, conviene hacerse con un puñado de prendas como camisetas térmicas para llevar debajo del resto de la ropa, calcetines largos y gruesos, guantes de lana, gorros que aseguren las orejas y fulares que vayan bien ajustados al cuello. Lo más habitual a la hora de quitarse parte de la ropa es atarse la prenda sobrante a la cintura como una chaqueta fina o una sudadera de manga larga, pero también puede optarse por ejecutar un recorrido cíclico en la que las prendas puedan dejarse en el coche o sobre un banco del camino para poder vigilarlas en todo momento.
Correr bajo cero
Sin embargo, aunque se pueda correr a bajas temperaturas, hay que consultar muy bien los partes meteorológicos para cerciorarse de la temperatura. Respirar aire frio puede provocar una sensación de dolor intenso en la boca del estómago además de en los labios, que se cuartean y se agrietan, pudiendo llegar a romperse si se exponen demasiado al frío.
Por otro lado, cuando las temperaturas se sitúan debajo del umbral del 0, lo mejor es acudir al gimnasio más cercano, disfrutar de la calefacción y realizar nuestra sesión habitual en la cinta de correr, en la elíptica o en la bicicleta de spinning.