La dietas mal llevadas y sin supervisión pueden dar lugar al fracaso, a la pérdida de tiempo y dinero y a la frustración
Seguir una dieta es uno de los grandes propósitos para la mayoría de personas.
Habitualmente, se aspira a lograr objetivos de peso o de salud y, para ello, se exige prescindir de alimentos consumidos de forma rutinaria e introducir algunos menos conocidos. Muchas personas se plantean objetivos poco realistas o no tienen los medios adecuados para lograr estos propósitos y pierden la motivación en poco tiempo.
La planificación es uno de los fallos más frecuentes. La falta de un régimen estricto y preparado, que refleje por escrito los objetivos y medidas necesarias para lograrlo es algo fundamental, Por ejemplo, lograr introducir más fruta en una dieta es un objetivo muy razonable pero, sin medidas concretas, será muy difícil de conseguir. Establecer las piezas de fruta diaria, su hora de consumo o, incluso, el tipo de fruta a consumir será un factor clave y diferencial entre el éxito y el fracaso de una dieta.
Otro error muy habitual suele venir de los objetivos poco realistas. El tiempo es un factor clave en los éxitos de la dieta y, establecer objetivos muy estrictos y poco perdurables solo aumentará el nivel de estrés sin lograr apenas cambios. De tal forma, es mejor rebajar las expectativas e introducir cambios realistas que puedan extenderse en el largo plazo. Cambios ligeros y prolongados tendrán impactos mayores que cambios radicales y poco duraderos.
Ser conscientes en todo momento
Los expertos además incluyen que la autoconciencia es otra de los mayores puntos positivos.
Darle atención a lo que se come y a cómo se come es fundamental para lograr el éxito en cualquier tipo de dieta. En ocasiones, comer con la televisión puesta sin darle mucha importancia a la cantidad de lo que comemos es habitual. Si se precisa, apagar la tele y comer con consciencia facilitará las cosas. Otro aspecto muy positivo puede ser el ir a hacer la compra. Poner atención en los productos que se compran y en la cantidad que se consume repercutirá muy positivamente en la dieta que se siga.
Por último, la impaciencia es uno de los peores síntomas. Las dietas suelen tener efectos visibles a los meses de empezarlas, por lo que es preciso ser pacientes y constantes para lograr los objetivos propuestos.