El COVID nos ha traído consecuencias muy negativas para la salud. Te contamos la más preocupante de todas
El COVID-19, llegado a Occidente a través de los murciélagos comerciados en la localidad china de Wuhan, ha marcado la vida del planeta. Durante meses el ser humano se ha visto obligado a replegarse a sus hogares, a echar el pestillo y a tener miedo a absolutamente todo lo que le rodeaba. Sacar la cabeza por la ventana para tratar de respirar algo más que el aire viciado concentrado en la habitación era considerado un sacrilegio y echarle gasolina al coche, toda una odisea.
En estas circunstancias, muchos empezaron hobbies que después afianzaron en su rutina, como el ejercicio físico, la lectura o el cine. Algunos comenzaron a cogerle gusto a eso de estar confinados y dedicarse tiempo a sí mismos y a sus familias o parejas. Sin embargo, a otros se les cayó el techo del cuarto encima como una losa de mármol. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que, a pesar de que la pandemia parece un episodio lejano dentro de nuestra historia, lo cierto es que aún arrastramos algunas de sus consecuencias. La más preocupante de todas: la soledad.
«Esto es un problema mucho más grande de lo que pensamos», aseguran en un comunicado. «La pandemia del COVID obligó al mundo entero a tomar medidas muy duras: aislaron a la gente en sus casas, no podían salir, no podían ir a la escuela y esto aumentó mucho el sentimiento de soledad y el deseo de reducir los contactos sociales«.
El organismo afirma que este sentimiento, ampliamente extendido por la irrupción del virus también ha servido para «aumentar el reconocimiento del problema y ha hecho reaccionar a algunos gobiernos». Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, puesto que se trata de una emoción profundamente subjetiva.
La subjetividad
La OMS informa que la soledad es tan singular como el individuo que la padece. «Puede haber personas que tengan muchos amigos o que no tengan ningún amigo, y ambas pueden sentirse solas», explican. «Se tratara a través de conexiones sociales para que esas personas tengan una mejor vida».
Estas conexiones sociales podrían lograrse a través de «relaciones con otros seres humanos. Pueden ser familia, amigos, compañeros de trabajo o incluso gente que no conocemos. Lo importante es estar en contacto con otros seres humanos y compartir vivencias».