Los ratones son los inquilinos más molestos de la vivienda. Aquí van algunos trucos para deshacerte de ellos de una vez por todas
Los ratones son, después de las cucarachas, los visitantes más molestos de cuantos podemos recibir en nuestra casa. Portadores de un sinnúmero de enfermedades, estos pequeños y escurridizos roedores llaman hogar a los agujeros realizados a fuerza de escarbar repetidamente sobre la pared de yeso, a las grietas de la cocina o incluso a los desvanes polvorientos, donde se tumban sobre la capa de moho o corretean de un lado a otro emitiendo sus característicos chillidos gomosos.
Y, por supuesto, está el terror que inspira a una parte importante de la población. La cultura popular se ha encargado de asociarlos con la fatalidad del destino, con la decadencia e incluso con la muerte. Por ello, te recomendamos expulsarlos de tu hogar tan pronto como descubras sus huellas. Podrás hacerlo rápidamente si empleas uno de los trucos que te dejamos a continuación.
La primera solución ya la hemos comentado en situaciones anteriores y no es otra que sellar sus guaridas. La sustancia más utilizada suele ser el cemento, aunque si varios ratones lo arañan con mucha insistencia podrían llegar a quebrarlo a largo plazo. Es por ello que el acceso también debe estar delimitado por un alambre punzante. Ante su presencia ya no tendrán a dónde ir y será más fácil acorralarlos para darles muerte.
Una vez aseguradas todas las grietas es hora de comprobar las tuberías. Una abertura de apenas unos seis milímetros basta para que los roedores hagan de las suyas. Incluso pueden recorrerla de parte a parte y salir por el otro extremo o anidar dentro si se trata de un lugar oscuro y húmedo. Lo mejor en este caso es adquirir un producto para desatascarla y dejar que los químicos que contiene se ocupen del resto del trabajo o bien contratar un servicio de fontanería que pueda reemplazarlas por unas nuevas y limpias.
El cebo
Depende de tu nivel de paciencia, también puedes utilizar un cebo para mantener a los ratones alejados de tu hogar. Bastaría con dejar una porción muy pequeña de queso en el lugar donde sospechas que construyen su asentamiento y esperar con sangre fría a que, con los carrillos llenos de saliva, hagan su aparición estelar.
Llegado este punto, tan solo tendrías que rociarlos con algún producto especializado o bien aplastarlos y arrojarlos a la papelera. Si la plaga se propaga, debes contactar con un especialista para que te ayude a desinfectar la casa.