En Navidad es muy común que sobre comida. La correcta manipulación de estas sobras es clave para evitar desperdicios e intoxicaciones.
Durante las cenas y comidas de Navidad solemos preparar más comida de la necesaria. Nos encanta ver las mesas llenas de platos con alimentos que ,en muchas ocasiones, los invitados no llegan ni a probar. De ahí que después estemos varios días alimentándonos solo de las sobras de esta fiesta. Pero siempre es mucho mejor hacer esto que tirarlos a la basura. Eso sí, debes tener en cuenta varias recomendaciones a la hora de conservar las sobras de comida para evitar posibles intoxicaciones.
Según la ONU cada año se desperdician 570 millones de toneladas de alimentos en el mundo. Una correcta manipulación de las sobras es clave para evitar el excesivo desperdicio de alimentos y posibles intoxicaciones. Pues no siempre conservamos la comida preparada en el lugar adecuado o a la temperatura correcta, dejando la entrada libre a multitud de microorganismos. Por eso, si vamos a cocinar más comida de la que se va a consumir durante estas fiestas, es importante que tengamos en cuenta una serie de recomendaciones de seguridad alimentaria.
Esta es la forma correcta de conservar las sobras de comida
Tener unas nociones básicas de conservación y almacenamiento de los alimentos es clave para nuestra seguridad y salud. No solo de cara a las posibles sobras navideñas sino también de cara a otras preparaciones. Técnicas de cocina que se han puesto muy de moda en estos últimos años, como el batch cooking, dependen de una correcta manipulación y preservación de la comida. Ya que en ocasiones el olor, el aspecto o el sabor no son determinantes para saber si la comida está en buen estado.
Cuando cocinamos un plato que no vamos a consumir inmediatamente es muy importante dejarlo enfriar un poco y meterlo en la nevera o en el congelador. El objetivo es evitar que pase más tiempo del recomendado en la zona de peligro, aquella que está comprendida entre los 4-65ºC de temperatura. Dependiendo del año la comida no debe estar más de 1 o 2 horas a temperatura ambiente, por eso siempre se recomienda descongelar los alimentos a temperaturas de refrigeración.
Los alimentos crudos y las elaboraciones hechas con proteínas (huevo, carne, lácteos) y líquidos (estofados, sopas, etc.) son el escenario perfecto para que proliferen microorganismos. Por eso es muy importante conservarlas en frío lo antes posible. No obstante si se trata de preparaciones con huevo crudo como la tortilla poco cuajada o las salsas, directamente es mejor no guardarlas. Especialmente si estamos en verano, pues el contraste de temperaturas puede ser peligroso.
Por otro lado, solo podemos recalentar una vez nuestros alimentos, ya que debemos exponerlos lo mínimo posible a la zona de peligro. Cuando refrigeramos la comida ralentizamos la proliferación de microorganismos, pero con el calor vuelve a activarse. Es decir, cuantas más veces calentemos y enfriemos un plato más probabilidad hay de que se desarrollen bacterias en él.