Bostezar en exceso podría ser indicio de un problema de salud incipiente. Te contamos cómo debes proceder
Los bostezos son muy habituales en nuestro día a día. Todos nos hemos levantado a horas intempestivas de la madrugada, cuando los primeros rayos del alba arañan la ventana y nos hemos pasado fuera el día entero yendo de un lugar a otro en coche, atendiendo llamadas de teléfono, respondiendo a correos electrónicos y asistiendo a reuniones protocolarias que no aportaban nada nuevo a nuestro puesto de trabajo. Resultaría curioso detenerse a contar el número de bostezos que pueden surgir de nuestras entrañas en un día como esos.
El bostezo consiste en abrir involuntariamente la boca, haciendo trabajar a los músculos faciales y maxilares y realizar una inhalación brusca y prolongada de aire. La mayoría de veces se asocia con un repentino cansancio físico fruto de la somnolencia o de no haber descansado lo suficiente durante la noche. Sin embargo existen más motivos por los que nuestro cuerpo puede proferir un bostezo y no todos tienen una explicación tan extendida como la del sueño.
También es conveniente tener en cuenta que podemos bostezar a causa de las bajas temperaturas. En algunas ocasiones, especialmente en esta época del año con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, es probable que hayamos salido a la calle embutidos en varias capas de abrigo con los labios agrietados y los dientes castañeteando. Es entonces cuando el cerebro da la orden de bostezar. Esto se debe a que este órgano se sobrecalienta con frecuencia cuando nos sometemos a operaciones mentales intensas como el estudio de un examen y ha de bostezar para que las bocanadas de aire frío ventilen el sistema nervioso y ajusten la temperatura cerebral.
Aunque no lo parezca, bostezar de frío también es una práctica normal, en especial si hemos invertido una considerable cantidad de tiempo encerrados en nuestra habitación con un radiador cerca de nosotros y decidimos salir a la gélida calle a dar un garbeo. Sin embargo, hay otras causas que no son tan comunes y que podrían requerir de la intervención de un especialista médico.
Las causas menos comunes
Bostezar también podría estar vinculado con la reacción involuntaria de un nervio denominado nervio vago. Se trata de un nervio que solo opera en situaciones de riesgo y que tiene un efecto premonitorio. Es decir, su reacción anticipa el desencadenamiento de una enfermedad mucho más preocupante, generalmente relacionada con el sistema cardiovascular.
Así, bostezar en estas circunstancias podría ser indicativo de un ataque cardíaco o una disección aórtica, ambas serias afecciones coronarias por las que es necesario acudir inmediatamente a un hospital.